Zona Sureste; una cortina a la migración
Octubre 14, 2018 - 01:27 p.m.
En las fronteras norte y sur la meta es arraigar a los pobladores.
Tabasco fue durante décadas receptor de migrantes provenientes de otros estados del país. En los primeros años del siglo pasado fue una llegada esporádica de personas que venían a ocupar tierras no colonizadas. A partir del auge petrolero de los años setenta la población se multiplicó por el arribo de trabajadores de la industria y los servicios. Se estima que de 700 mil habitantes en 1970 Tabasco pasó a un millón 500 mil habitantes en 1990, de acuerdo a cifras documentadas por el sociólogo Juan Carlos Guzmán y referidas al impacto petrolero.
A decir del economista Baldemar Hernández. este fenómeno tabasqueño se sumó a otro que ya se vivía desde Centroamérica en los años setenta como resultado de las guerras internas y también de la aplicación del modelo neoliberal: la creciente expulsión de mano de obra y de familias enteras de Guatemala, Honduras. El Salvador y Nicaragua. Estas corrientes migratorias internacionales pasaban necesariamente por Tabasco y Chiapas utilizando sobre todo la ruta del tren de carga denominado “La Bestia”.
Noticia Relacionada
Las políticas restrictivas de Estados Unidos, en especial desde el gobierno de Donald Trump, crearon un “tapón” en el norte que tiene un impacto en todo el corredor de la migración en el país.
Noticia Relacionada
Recientemente López Obrador presentó un programa urbano para 15 ciudades de la frontera norte y algunas ciudades turísticas para integrar lo que definió como una “cortina a la migración”. Al mismo tiempo anunció un plan de empleo y reforestación, así como el impulso a actividades productivas para la frontera sur y los estados del sur sureste, con el mismo objetivo: arraigar a la población y crear polos de desarrollo. En este proyecto Tabasco está considerado como prioritario.
Durante su visita a Washington, Estados Unidos, en septiembre pasado, López Obrador acompañado por Alfonso Romo y Lázaro Cárdenas Batel, expuso los lineamientos generales de su proyecto de nación 2018-2024, mismos que retomó en una carta a Donald Trump en los aspectos relacionados a las políticas migratorias.
Dijo entonces que en lugar de sellar la frontera norte con un muro era preferible establecer “una cortina para frenar la migración”. En el caso del norte sería una zona libre que se extendería 20 kilómetros al sur del Río Bravo y en la que aplicarían estímulos fiscales para incentivar la inversión productiva y el desarrollo tecnológico.
López Obrador también ha propuesto al mandatario de Estados Unidos, elaborar un plan de inversión en el sur del país y Centroamérica, para promover el desarrollo de la región y darle una salida humanitaria al problema migratorio. El objetivo, sostiene, es crear empleos mejor remunerados en el sur de México y el norte de los países de Centroamérica, con lo que podría disminuirse el número de personas indocumentadas que pretenden cruzar la frontera. En esta propuesta se consideran la inversión en el Tren Maya, el desarrollo de una región turística Olmeca-Maya, los programas de reforestación con empleo campesino, y el traslado de importantes oficinas de gobierno a Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Campeche, entre otras.
