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Alerta en Medio Oriente
UN SISTEMA CLAVE BAJO PRESIÓN
Israel enfrenta un escenario crítico en medio de su conflicto con Irán: la posible escasez de misiles interceptores, en particular del sistema Arrow, diseñado para neutralizar misiles balísticos de largo alcance.
De acuerdo con fuentes oficiales y análisis internacionales, el uso intensivo de estos proyectiles ha puesto en riesgo la capacidad defensiva del país, que podría quedarse sin reservas en menos de dos semanas si no se reabastece a tiempo.
- El sistema Arrow, desarrollado conjuntamente por Israel y Estados Unidos, ha sido fundamental para interceptar misiles iraníes desde el inicio del conflicto el pasado 13 de junio. Sin embargo, cada unidad cuesta alrededor de 3 millones de dólares, y su producción no puede escalarse rápidamente. Esto ha obligado a las autoridades israelíes a considerar racionar su uso, lo que podría dejar ciudades y objetivos estratégicos vulnerables.
Aunque Israel cuenta con otros sistemas como Iron Dome, David´s Sling y el THAAD estadounidense, muchos de los misiles lanzados por Irán —incluidos modelos hipersónicos como el Fatah‑1— solo pueden ser interceptados por el sistema Arrow.
- ¿Estados Unidos ha comenzado a transferir parte de sus propias reservas de interceptores a Israel, lo que también ha generado inquietud en Washington sobre su propia capacidad defensiva en caso de un conflicto prolongado? El Pentágono ha desplegado sistemas Patriot, THAAD y activos navales en el Mediterráneo oriental para reforzar la defensa israelí, pero reconoce que sus propios recursos también se están viendo comprometidos.
Desde el inicio de la ofensiva israelí, Irán ha respondido con más de 370 misiles balísticos y cientos de drones, muchos de ellos dirigidos a zonas urbanas y bases militares. Aunque Israel ha logrado destruir cerca de 120 lanzadores y sistemas de defensa antiaérea iraníes, el costo en interceptores ha sido elevado.
La intensidad de los ataques ha disminuido ligeramente, pero el ritmo sigue siendo lo suficientemente alto como para mantener bajo presión a las reservas defensivas de Israel. Analistas advierten que, de continuar esta dinámica, el país podría verse obligado a priorizar qué objetivos proteger, lo que tendría implicaciones humanitarias y estratégicas.
La situación ha generado preocupación entre mediadores internacionales, incluidos Arabia Saudita y otros actores del Golfo Pérsico, quienes temen que un conflicto prolongado ponga en riesgo la seguridad energética global y la estabilidad regional.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo del conflicto, en un momento en que la capacidad de defensa aérea se ha convertido en un factor determinante para la seguridad nacional de Israel.
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