Avanza el cambio de nombre para el Golfo de México.

APRUEBA RENOMBRAR EL GOLFO DE MÉXICO

• La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un proyecto de ley que busca reemplazar oficialmente el nombre "Golfo de México" por "Golfo de América" en todos los documentos oficiales del país.

La iniciativa fue respaldada por 211 legisladores y rechazada por 206, entre ellos el republicano Don Bacon, quien calificó la propuesta como una "niñería" en declaraciones a CNN. "Somos los Estados Unidos de América, no la Alemania del Kaiser ni la Francia de Napoleón", enfatizó.

De acuerdo con estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, el cambio tendría un costo inferior a los 500 mil dólares en cinco años, destinado a actualizar mapas y documentos federales. Instituciones como escuelas y bibliotecas tendrían que asumir los gastos derivados de modificar su propio material.

Impulsado por la congresista Marjorie Taylor Greene, firme aliada del presidente Donald Trump, el proyecto de ley busca dificultar la reversión del cambio por parte de futuras administraciones. A diferencia de una orden ejecutiva, que puede ser revocada por un nuevo presidente, una ley requiere todo un proceso legislativo para ser modificada.

A pesar de su aprobación en la Cámara, el proyecto tiene escasas posibilidades de avanzar en el Senado, donde necesita respaldo demócrata. Por ahora, se considera una medida mayormente simbólica, ya que el resto del mundo no está obligado a adoptar el nuevo término.

El líder demócrata Hakeem Jeffries pidió votar en contra, calificando la ley como "absurda".

Cabe recordar que el presidente Trump ya había firmado un decreto con ese cambio de nombre el 20 de enero, en el arranque de su segundo mandato. Desde entonces, algunas empresas tecnológicas como Google y Apple han empezado a utilizar "Golfo de América" en sus mapas para usuarios dentro de EE. UU.

La reacción de México no se hizo esperar. La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con sarcasmo, sugiriendo renombrar a Estados Unidos como "América Mexicana", aludiendo a antiguos mapas del siglo XVII, cuando gran parte del oeste estadounidense pertenecía al territorio mexicano.

El decreto también desató un conflicto con la agencia Associated Press, que se negó a adoptar el nuevo nombre.

En represalia, la Casa Blanca le retiró el acceso a sus conferencias y al avión presidencial, medida que un juez federal revirtió en abril al considerar que violaba la Primera Enmienda, que protege la libertad de prensa.