Caos en España.

ROBAN CABLES DE TREN

• España enfrentó ayer una nueva jornada de caos, apenas una semana después del gran apagón que afectó a más de 45 millones de personas en la península ibérica y parte de Francia. Esta vez, el problema se originó por una serie de robos de cable de cobre en las vías del tren de alta velocidad que conecta Sevilla con Madrid, lo que interrumpió el servicio y trastocó los planes de aproximadamente 10,700 pasajeros. Muchos de ellos quedaron varados a mitad de trayecto, sin acceso a agua ni alimentos, y con los vagones sin electricidad para conservar combustible mientras se resolvía la situación.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, calificó lo ocurrido como un acto de sabotaje, aunque Renfe, la operadora ferroviaria estatal, explicó que el robo de cable de cobre —registrado durante la madrugada en la zona de Toledo— comprometió la seguridad del sistema ferroviario.

Las estaciones de Atocha, en Madrid, y San Justo, en Sevilla, se vieron abarrotadas de pasajeros esperando noticias sobre sus trenes. Muchos tuvieron que pasar la noche al aire libre, sin información clara por parte de Renfe.

Los viajeros que ya se encontraban a bordo al momento del incidente, cerca de las 9 de la noche, fueron informados únicamente de que el retraso sería de entre cinco y siete horas, y se les pidió conservar energía reduciendo el uso de luz en los vagones.

Durante las horas de espera, los pasajeros no recibieron asistencia, alimentos ni alternativas de alojamiento. Entre ellos había niños, personas mayores y casos de emergencia médica, como el de una niña de nueve años que tuvo que ser trasladada a un hospital por una apendicitis aguda.

El incidente tuvo como origen el robo de cable de cobre en al menos cuatro puntos distintos de la provincia de Toledo. Además, el ministro Puente mencionó otro posible factor: un tren de la empresa Iryo habría dañado la catenaria al engancharse con ella, aunque esta versión fue desmentida por la compañía.

La interrupción del servicio duró más de 12 horas y la circulación se normalizó alrededor de las 4 de la tarde del día siguiente. El ministro advirtió que la afectación a los trenes pendientes será considerable y que el margen para solucionar los problemas técnicos es muy reducido.

La Guardia Civil ya investiga el caso. Aunque el valor del cable robado ronda los mil euros, los daños ocasionados son enormes, lo que hace sospechar que el robo podría tener un trasfondo más complejo que el mero interés económico.