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07/05/202505:00 p.m.Autor: Agencias Fuente: Agencias

Humo negro.


Una columna de humo negro sale de la chimenea de la Capilla Sixtina durante el cónclave de cardenales para elegir a un nuevo Papa.

PRIMER DÍA DEL CÓNCLAVE CONCLUYE SIN PAPA

  • La noche del miércoles, el humo negro que emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina confirmó que la primera votación del cónclave para elegir al nuevo papa no logró un resultado definitivo. La señal fue observada por miles de fieles que, expectantes, aguardaban en la Plaza de San Pedro, al final de una jornada llena de tradición y simbolismo en la que los cardenales invocaron guía divina.

La espera se alargó más de lo habitual, con el humo apareciendo más de tres horas después del inicio del cónclave, superando el tiempo que tomó en 2013, cuando fue elegido el papa Francisco.

Como dicta la tradición, el humo blanco indica que hay nuevo papa; sin embargo, no se esperaba que eso ocurriera el primer día, ya que en la era moderna ningún pontífice ha sido elegido en la jornada inaugural.

El miércoles se realizó solo una votación, y a partir del jueves podrán celebrarse hasta cuatro por día, hasta que un candidato reúna los 89 votos necesarios (dos tercios del total).

Algunos cardenales expresaron su deseo de alcanzar un acuerdo entre jueves y viernes, para proyectar una imagen de unidad tras un pontificado que, aunque transformador, también fue divisivo.

Los 133 cardenales con derecho a voto, todos menores de 80 años, pasaron la noche en casas de huéspedes del Vaticano, donde continuaron sus deliberaciones en privado.

La única señal al mundo exterior será el humo generado al quemar las papeletas, que se mezcla con compuestos químicos: negro si no hay decisión, blanco si se elige al nuevo líder de la Iglesia.

En los días previos, los cardenales han mostrado opiniones divididas sobre el perfil ideal del futuro papa. Mientras algunos piden continuar con el legado reformista de Francisco, otros prefieren un rumbo más tradicional y estable.

Antes de ingresar a la Capilla Sixtina, los cardenales participaron de una ceremonia solemne, jurando secreto absoluto bajo el imponente fresco del Juicio Final de Miguel Ángel. Luego, el maestro de ceremonias, monseñor Diego Ravelli, ordenó el cierre del recinto con el tradicional "Extra omnes" ("¡Todos fuera!").

Durante la misa matutina en la Basílica de San Pedro, el cardenal Giovanni Battista Re exhortó a sus colegas a votar pensando en el bien común de la Iglesia y del mundo, dejando de lado intereses personales.

Este cónclave es el más numeroso y diverso de la historia, con cardenales provenientes de 70 países, un reflejo del esfuerzo de Francisco por globalizar la Iglesia.

Entre los nombres que más suenan están Pietro Parolin (Italia), Luis Antonio Tagle (Filipinas), y otros como Jean-Marc Aveline (Francia), Peter Erdo (Hungría), Robert Prevost (EE.UU.) y Pierbattista Pizzaballa (Italia).

Re enfatizó la necesidad de un papa que valore la diversidad interna de la Iglesia, señalando que "la unidad no significa uniformidad, sino una profunda comunión en la diversidad".

El Vaticano ha tomado medidas tecnológicas para mantener el secreto del proceso, incluyendo bloqueadores de señal. Históricamente, los cónclaves modernos duran alrededor de tres días y rara vez superan cinco.

Dado que cerca del 80% de los cardenales fueron nombrados por Francisco, hay una fuerte posibilidad de que su sucesor comparta al menos parte de su visión.

Entre los factores que influirán en la decisión están si el nuevo papa debe provenir del sur global, donde la Iglesia está creciendo, o si se debe volver a Europa, e incluso considerar, por primera vez, a un papa estadounidense.


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