Intruso descubierto viviendo en espacio subterráneo en Happy Valley

INSÓLITO

Lo que comenzó como una inquietud doméstica terminó revelando una historia insólita que ha captado la atención de medios locales y autoridades del condado de Clackamas.

Un residente de un complejo de condominios en las inmediaciones de Happy Valley, a unos 24 kilómetros de Portland, reportó haber escuchado "ruidos extraños" durante varias semanas. Lo que encontró tras contactar a la policía fue un intruso viviendo en un espacio subterráneo del edificio, acondicionado como una vivienda informal.

El área en cuestión es conocida como crawl space, una cavidad estrecha y poco accesible que suele ubicarse entre el suelo y el primer nivel de las construcciones en Estados Unidos. Aunque su función es técnica —permitir acceso a instalaciones eléctricas, tuberías o sistemas de ventilación—, en este caso fue transformada en un refugio clandestino.

• El sospechoso, identificado como Beniamin Bucur, de 40 años, había instalado una cama, un televisor, una consola Xbox, un ventilador eléctrico y luces, todos conectados a la red eléctrica del edificio. Según el reporte del Departamento del Sheriff del Condado de Clackamas, Bucur vivía allí desde hacía un tiempo indeterminado, sin que los residentes ni el personal de mantenimiento lo notaran.

Durante la inspección, los agentes también encontraron una pipa con residuos de metanfetamina, lo que derivó en cargos por robo en primer grado (por el uso no autorizado de electricidad) y posesión de sustancias controladas. Bucur fue detenido y trasladado al centro de detención del condado, donde permanece bajo una fianza de 75,000 dólares.

Las autoridades han iniciado una investigación para determinar cómo accedió al espacio, si hubo negligencia en el mantenimiento del inmueble y si existen otros casos similares en la zona. El complejo residencial no ha emitido declaraciones públicas, pero se espera que refuercen sus protocolos de seguridad y revisión estructural.

• Este caso pone en relieve una problemática creciente en zonas urbanas de Estados Unidos: la ocupación informal de espacios residuales en edificios, ya sea por personas en situación de calle, intrusos o incluso por residentes que buscan ampliar su vivienda sin autorización. Aunque el caso de Bucur tiene tintes insólitos —por el uso de tecnología y el acondicionamiento del espacio—, también refleja vacíos en la vigilancia y gestión de propiedades compartidas.

Expertos en urbanismo y seguridad residencial señalan que los crawl spaces deben mantenerse cerrados, monitoreados y con acceso restringido. En algunos estados, se han reportado casos similares, aunque con fines distintos: desde almacenamiento ilegal hasta refugios improvisados en contextos de emergencia habitacional.