Operativo policial en Río de Janeiro desata conmoción, 119 fallecidos

RÍO DE JANEIRO.—

AL MENOS 119 MUERTOS EN RÍO DE JANEIRO

• Tras la operación policial más letal en la historia de Brasil.

Entre el llanto y el olor a muerte, vecinos de las favelas Complexo da Penha y Complexo do Alemão alinearon decenas de cuerpos en las calles de Río de Janeiro este miércoles, un día después de la operación policial más sangrienta en la historia reciente de Brasil.

El último balance oficial reporta 119 personas fallecidas, incluidos 115 presuntos delincuentes y 4 policías, aunque la Defensoría Pública del estado de Río elevó la cifra a 132 víctimas.

El operativo, ejecutado por cerca de 2 500 agentes de las fuerzas de seguridad, tenía como objetivo desarticular al Comando Vermelho (Comando Rojo), una de las organizaciones criminales más poderosas del país, dedicada al narcotráfico y tráfico de armas.

La acción ocurrió apenas una semana antes del inicio de la COP30, que se celebrará en la ciudad amazónica de Belém.

Según las autoridades, el enfrentamiento dejó escenas de guerra: vehículos incendiados, autobuses usados como barricadas, drones artillados y tiroteos que paralizaron parte de la ciudad. Escuelas suspendieron clases y el transporte público colapsó, dejando a miles de habitantes atrapados en sus viviendas.

El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, calificó el operativo como "un éxito" y defendió la actuación policial asegurando que "las únicas víctimas fueron los delincuentes y los cuatro agentes caídos". Sin embargo, organizaciones civiles y defensores de derechos humanos denunciaron que muchas de las muertes fueron "ejecuciones extrajudiciales".

"El Estado vino a masacrar, no fue una operación. Vinieron directo a matar", denunció una vecina mientras cubría el rostro de un joven muerto.

El abogado Albino Pereira Neto, quien representa a tres familias de víctimas, afirmó que varios cuerpos presentaban disparos en la nuca o por la espalda, lo que refuerza la hipótesis de ejecuciones. Fotografías y videos difundidos en redes sociales muestran a los residentes transportando cadáveres en carretillas o depositándolos en plazas para exigir justicia.

De acuerdo con reportes de la Policía Civil, el operativo derivó en 113 detenciones, el decomiso de 118 armas de fuego y grandes cantidades de drogas. El gobernador Castro negó que hubiera civiles inocentes entre los fallecidos, argumentando que "el conflicto fue en el bosque, y nadie inocente estaría paseando por ahí durante un enfrentamiento".

La ONU y Amnistía Internacional condenaron la operación, calificándola de "horrorizante" y advirtiendo que Brasil podría estar ante un nuevo caso de violación masiva de derechos humanos. Ambas organizaciones exigieron una investigación independiente para esclarecer los hechos.

Por su parte, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva manifestó estar "consternado" por la magnitud de la violencia y convocó a varios de sus ministros a una reunión de emergencia en Brasilia.

Una delegación del gobierno federal viajará a Río de Janeiro para reunirse con las autoridades estatales y revisar la actuación de las fuerzas de seguridad.

Hasta antes de este suceso, la operación más letal registrada en Brasil había sido la masacre de Carandiru en 1992, cuando 111 reclusos fueron asesinados por la policía en São Paulo.

El gobernador Castro anunció que el patrullaje se reforzará en toda la zona metropolitana de Río, especialmente en las principales vías y accesos a las favelas, mientras continúan las investigaciones sobre lo ocurrido en una jornada que dejó una huella de dolor e indignación en la sociedad brasileña.