Organización pide modificar letra de canción.

DE TORERO A BOMBERO

• La organización internacional por los derechos de los animales, PETA, solicitó al cantante puertorriqueño Chayanne que considere cambiar el título de su exitoso tema "Torero" por "Bombero", argumentando que la canción podría interpretarse como una glorificación de la tauromaquia, una práctica que califican de cruel e inaceptable.

El tema, lanzado en 2002 como parte del álbum Grandes Éxitos, mezcla pop latino con toques de música española y dance pop.

Compuesta por Estéfano y Marcello Azevedo, y producida por Estéfano, "Torero" fue un éxito en países como México, España, Argentina y Colombia. Su videoclip, grabado en Buenos Aires, fue nominado al Grammy Latino como Mejor Video Musical en versión corta.

PETA ha mantenido una activa campaña contra la tauromaquia, difundiendo imágenes impactantes y mensajes directos con el objetivo de concientizar sobre el sufrimiento animal que conlleva esta práctica. Entre sus acciones, destaca una campaña protagonizada por la actriz Michelle Renaud, quien aparece sosteniendo un capote de torero "ensangrentado" junto al mensaje: "Algunas tradiciones merecen morir".

La reciente petición al cantante Chayanne forma parte de su estrategia de involucrar a celebridades para amplificar su mensaje y generar discusión en torno a los derechos de los animales. Aunque la solicitud ha provocado opiniones encontradas, pone en evidencia el creciente impacto de estas organizaciones en el ámbito cultural y musical.

Chayanne no ha respondido públicamente a la solicitud. La controversia refleja el conflicto entre la libertad creativa y las nuevas preocupaciones éticas, especialmente en países como México, donde la tauromaquia sigue siendo una tradición arraigada. No obstante, movimientos como "México Sin Tauromaquia" han cobrado fuerza, impulsando legislaciones para su prohibición en varias regiones.

Esta situación plantea un debate sobre el rol de la música en la transmisión de valores sociales y la responsabilidad que los artistas tienen al influir en la percepción pública sobre prácticas controvertidas.