Preocupación por la nueva política de expulsión migratoria en EE.UU.

NUEVAS MEDIDAS

La administración del expresidente Donald Trump ha reactivado la política de deportación exprés, permitiendo que migrantes sean expulsados en un plazo mínimo de seis horas, incluso hacia terceros países que no sean su lugar de origen.

La medida fue oficializada mediante un memorándum firmado el 9 de julio por Todd Lyons, director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Esta política sustituye el plazo anterior de 24 horas entre la notificación y la ejecución de una expulsión, y se ampara en una reciente resolución de la Corte Suprema de EE.UU., que anuló restricciones judiciales previas y abrió la puerta a expulsiones sin revisión legal completa.

¿Qué implica esta medida?

• Migrantes pueden ser enviados a países terceros si estos garantizan que no serán perseguidos ni torturados
• ICE puede ejecutar deportaciones sin audiencia judicial, siempre que el migrante haya tenido oportunidad de consultar a un abogado
• Se permite la expulsión en “circunstancias apremiantes”, lo que ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos

Organizaciones como la Alianza Nacional de Litigios de Inmigración han calificado la medida como una violación al debido proceso legal, y han presentado demandas colectivas para frenar su aplicación.

“Está muy lejos de proporcionar las protecciones legales mínimas que requiere la ley”, señaló la abogada Trina Realmuto

Casos recientes

Ocho migrantes fueron enviados a Sudán del Sur en junio, incluidos ciudadanos de México y Cuba

El caso de Kilmar Abrego García, deportado a El Salvador, ha sido usado como evidencia en una demanda contra el gobierno federal

La administración también ha presionado a países como Senegal, Gabón, Liberia, Guinea-Bissau y Mauritania para que acepten migrantes de otras nacionalidades, lo que ha encendido alarmas sobre el respeto a los derechos humanos y la seguridad de los deportados.