¿Por qué el próximo destino de vacaciones debe ser Turquía?

Hay algo que hace de Turquía un lugar diferente, reconocible y exótico al mismo tiempo

Los amantes de los viajes suelen dedicar una buena cantidad de su tiempo a ubicar el próximo destino de vacaciones. Si es posible, cuanto más lejos mejor, para que la experiencia sea más intensa y diferente a lo que se está habituado. Turquía se posiciona como uno de los destinos turísticos más populares para todos aquellos que buscan sensaciones positivas que no se olviden jamás

¿Por qué el próximo destino de vacaciones debe ser Turquía?

El turista que viene de Europa o de América encuentra en este espacio un lugar de contrastes sin comparación posible, pero también un entorno que reconoce y que se asemeja a su propio hogar. Esto es lo que lo hace tan particular, porque reúne en sí mismo la idiosincrasia de dos mundos aparentemente opuestos.

Qué ver, hacer y sentir en Turquía

Los viajes a Turquia están destinados a quedarse en la memoria, en el corazón y en el paladar para siempre. Aquí el turista se fundirá en la mezcolanza de todo tipo de culturas y formas de pensar. Contemplará atónito cómo es posible encontrar en el mismo lugar el materialismo de occidente y la espiritualidad de oriente. La fusión perfecta de dos maneras de concebir la vida se concreta en Turquía.

Si esto no es motivo suficiente, este país ofrece al turista un sinfín de espectáculos visuales, sonoros y gustativos sin igual. Un continuo bombardeo de sensaciones que, definitivamente, hará que este sea el mejor destino posible para este año, puesto que no se querrá la visita retrasar un solo día más.

Estambul, en la mitad del mundo

Si las dos grandes culturas de occidente y oriente se reparten el mundo, Estambul es la llave que abre la puerta para entender ese mundo, considerada por muchos la ciudad más fascinante y atractiva de Europa.

Un paseo por sus calles puede llegar a perturbar al turista poco prevenido o no iniciado, pero no por ello dejará de maravillarse en la contemplación de sus fabulosas mezquitas, como la Mezquita Azul y la impresionante Santa Sofía.

Perderse y aparecer en una zona de bares y restaurantes típicamente europeos y, andar solo unos pasos más, para entrar en la emblemática Plaza Taksim o el Gran Bazar típicamente orientales. Si se cruza el Bósforo con el ferry hacia el lado asiático el cambio será radical, tanto en a forma de vida como en la arquitectura de sus edificios.

La Capadocia, la ciudad de roca

La región de la Capadocia en general y la ciudad de Göreme en particular parece sacada de un cuento fantástico. Sus extrañas formaciones rocosas dejan a los turistas con la boca abierta. Algunas de ellas emergen directamente del suelo aparentando extrañas chimeneas. Algunas de estas estructuras se han transformado en iglesias y casas. Sobrevolar este lugar en globo aerostático es uno de sus principales atractivos turísticos.

Oludéniz, destino playero

Turquía también tiene destinos playeros ideales. La población de Oludéniz es uno de ellos. Se enclava en un entorno idílico de playas de gran belleza y bosques mediterráneos, calas íntimas y salvajes se mezclan con lagunas naturales. Coger un barco y trasladarse a alguna de sus islas convertirá el viaje a Turquía en un descanso veraniego para los más aventureros.

Pamukkale, el castillo de algodón

El spa romano de Pamukkale es un lugar realmente curioso y espectacular. Se trata de una serie de terrazas surgidas a partir de terremotos que provocaron la salida de las profundidades de aguas subterráneas muy ricas en sales minerales. El carbonato y el calcio reaccionan formando carbonato de calcio, que es de lo que están hechas estas piscinas completamente blancas.

Troya

Sí, también se puede visitar la mítica Troya con caballo de madera incluido. Su espacio arqueológico es de gran valor, por lo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue una ciudad que se construyó y destruyó hasta 9 veces, pues cada una de ellas es posible apreciarlas en esta visita.

Amasya

Turquía tiene de todo, cualquier cosa que al turista le guste, lo encontrará en este país en buenas dosis. La montaña y los valles también. En Amasya se localiza el mejor ejemplo; un pueblo típico, levantado en un estrecho y hermoso valle, justo al lado del cristalino río Yesilirmak que baja de las montañas. Un idílico paisaje natural que se completa con las clásicas construcciones otomanas, es decir, madera oscura con acabados de marfil.

Konya

Si se buscan tradiciones, en la antigua ruta de la seda se ubica Konya, el lugar donde apareció, hace unos 800 años, la mítica cofradía religiosa de carácter místico de los derviches. En este pueblo, además de poder ver a estos danzarines, se podrá visitar la mezquita Alaadin Keykubat del siglo XII o la tumba del poeta Jelaleddin Rumi, fundador de esta tariqa musulmana de los Derviches.

Si se dispone de más tiempo para recorrer Turquía, se recomienda visitar lugares como Uzungöl, Esmirna, Salinurfa, la capital del país Ankara, Safranbolu, la Isla de Bozcaada o Mardín, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.



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