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15/06/202508:13 a.m.Autor: Agencias Fuente: Agencias

Trump convierte desfile militar en su fiesta de cumpleaños


Con desfiles, armamento y miles de soldados, Donald Trump celebró el aniversario del ejército de EE. UU. como un acto de poder personal, bajo lluvia, patrocinadores privados y sin mencionar su evasión del servicio militar.

Desfile para Trump

 

  • Lo que se anunció como una ceremonia por los 250 años del ejército estadounidense se convirtió en una jornada de exaltación presidencial. Donald Trump, en medio de un despliegue masivo de fuerza militar en la capital, dio un giro personal al evento que incluyó la participación de aproximadamente seis mil efectivos, vehículos blindados, aviones de combate, helicópteros y música marcial que dominó el corazón de Washington D.C.

Desde su llegada a la tarima, acompañado por su esposa y rodeado de miembros del gabinete, fue recibido con fanfarria militar y salvas.

Mientras la multitud coreaba "USA", el presidente alzó el puño en señal de victoria, flanqueado por dos tanques de guerra de gran tonelaje. Un presentador se encargaba de identificar a las tropas que marchaban frente a él.

Las condiciones climáticas no favorecieron el acto. La persistente lluvia redujo considerablemente la asistencia esperada, que no alcanzó los 10 mil asistentes en el National Mall. Aunque la Casa Blanca evitó hablar de cifras, la baja concurrencia fue evidente.

Al término del evento, el vicepresidente J.D. Vance subió al estrado, rindió tributo a las fuerzas armadas y aprovechó para desearle a Trump un feliz cumpleaños, a pesar de que autoridades insistían en que no era un evento personal.

Durante su discurso, Trump exaltó el poder militar de Estados Unidos, describiéndolo como una fuerza imparable que ha destruido imperios y derrotado a dictadores. Con un lenguaje hiperbólico, habló de enemigos huyendo ante la presencia de sus tanques, asegurando que cualquier amenaza contra el país se enfrenta con una derrota total.

El ambiente se tornó aún más festivo cuando los asistentes entonaron el "Happy Birthday" al mandatario, quien respondió pidiendo bendiciones divinas para la nación.

El evento comenzó con una exhibición aérea: paracaidistas descendieron sobre el Mall, uno de ellos entregó una bandera al presidente. Siguió una representación poco habitual en territorio estadounidense: un desfile con soldados vestidos con uniformes históricos conmemorativos, evocando momentos clave del ejército a lo largo de sus dos siglos y medio.

Como en otros actos de su administración, el componente privado no faltó. El narrador del desfile interrumpía con frecuencia para agradecer a empresas como Lockheed Martin, patrocinadoras del evento y proveedoras del armamento expuesto.

El despliegue incluyó lo último en tecnología militar: helicópteros de ataque, drones, tanques, lanzacohetes, armamento computarizado e incluso perros robóticos. Todo este material fue mostrado al público durante el día como parte de una campaña de reclutamiento. Los visitantes podían interactuar con soldados, recibir obsequios e incluso tomarse fotos manipulando algunas armas.

Entre las escenas que destacaron, un niño de apenas diez años sostenía un arma antitanque, mientras adolescentes manipulaban rifles semiautomáticos. Otros niños subían a helicópteros Apache y posaban sobre obuses de artillería.

Aunque no se mencionó la nueva misión de las fuerzas armadas relacionada con el control migratorio, los apellidos de varios soldados que participaban sugerían que eran de origen latino o inmigrante, o descendientes directos de ellos: González, Martínez, Díaz, Delfina.

Un detalle incómodo quedó sin mención oficial: el hecho de que Trump, quien ahora se presenta como comandante en jefe de la fuerza más poderosa del planeta, evitó el servicio militar décadas atrás alegando una condición médica que no fue reconocida a muchos otros de su generación.


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