Elecciones e internet: estrategias, agenda, saturación y noticias falsas

Elecciones e internet: estrategias, agenda, saturación y noticias falsas

*El vértigo ciudadano que toma la palabra y llena las urnas

*Necesario revisar los factores que explican la masiva votación

*Saturación periodística: ¿oferta que inventa su demanda?    

EN SU DISCURSO como triunfador de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador habló de “las benditas redes sociales”. No sorprende esa expresión para nombrar a la tecnología, porque un equipo encabezado por el otrora productor de TV, Epigmenio Ibarra, hizo de las redes de internet una plataforma estratégica de Morena para fijar la agenda de campaña, responder con prontitud a los ataques, contratacar a gran escala y distribuir información a bajo costo.

Las redes virtuales fueron importante bastión del proyecto político ganador, en cantidad y calidad de información. López Obrador habla desde la victoria apabullante que otorga un balance exitoso a las estrategias de su Movimiento en twitter, facebook, instagram, youtube. La goliza en las urnas se perfiló primero como  goliza virtual. Se contabilizaron 50 mensajes positivos para Morena y AMLO en twitter, por cada mensaje negativo (El Financiero, junio 30); con Facebook, la contabilidad a favor crece: 100 likes (“me gusta”) para AMLO, por cada mensaje negativo (Milenio, junio 28). La conversación virtual reafirmó las tendencias del voto que apuntaron mes tras mes las encuestas.    

De cualquier manera, es prematuro sacar conclusiones definitivas en torno a la elección presidencial y su manejo en las redes virtuales. Faltaría, por cierto, un estudio de los procesos estatales como el de Tabasco en este aspecto. Pero siguiendo con el tema nacional, ¿qué dirán, por ejemplo, los contrincantes de Morena, que podrían quejarse de los pejebots (redes automatizadas de apoyo a AMLO), pero que en cambio no articularon un discurso coherente y verosímil sobre su oferta política? Habrá tiempo para una revisión detallada sobre la forma de comunicación más libre del siglo XXI. Por ahora, López Obrador acierta al hablar de “las benditas redes sociales” con perspectiva ciudadana. No agradece a la tecnología solamente, sino a los ciudadanos que se expresaron con esa tecnología. La arena virtual también jugó, en sentido ciudadano, en estas elecciones.            

OTRA CARA DE LA MONEDA

SI EN SENTIDO ciudadano hay razones para elogiar a las redes de internet, en sentido propagandístico y periodístico hay razones para la crítica. La saturación de información es un factor. Quien tenga una cuenta virtual, puede realizar una verificación: sumar los mensajes partidistas que le llegaron desde el 10 de diciembre de 2017 (arranque de las precampañas presidenciales) hasta el 27 de junio de 2018 (último día de campaña). Ataque propagandístico que incluyó una batería de llamadas telefónicas a domicilios. Lo que antes era la televisión. 

En las redes, por otra parte, la diversidad de ofertas periodísticas fue un aluvión que intentó marear a los potenciales votantes. El objetivo estratégico ya no fue el rating (televisivo), sino los links (enlaces vía internet). Los periódicos y revistas nacionales contaron con espacios informativos casi las 24 horas del día, en YouTube y Facebook. Se sumaron a la avalancha digital medios regionales del norte y –de forma previsible- las cadenas televisivas nacionales que tuvieron que migrar de formato para difundir con cierta eficacia sus noticiarios. De esta manera, la oferta mediática en las redes prácticamente inventó a su demanda: no hay elección racional entre el mar de links, sobre todo si pensamos en un público que tiene una educación promedio de quinto año de primaria.

Desde luego, la saturación propagandística y periodística puede ser un efecto óptico. La racionalidad en el uso de las redes depende de la formación del ciudadano y su capacidad de sentido crítico selectivo. Hay una cultura virtual que es educación pendiente. Esto debería sopesarse, también, de manera formal. Hay fenómenos que rebasan ya la educación tradicional.

LENGUAJE Y NOTICIAS FALSAS

LOS CALIFICATIVOS abundan en la información que se distribuye en las redes: Hay quienes se quejan de una libertad de expresión mal entendida como licencia para insultar. Un elemento a considerar es que, por el momento, las palabrotas y lenguaje altisonante no son un problema político. Se trata de un problema cultural y de contexto comunicativo: con la sensación de anonimato presente en las redes, cualquiera puede caer en la tentación de rebasar límites de respeto. Es asunto que quizás en el futuro tendrá que regularse con cuidado, pero por lo pronto la otra disyuntiva (censura) es riesgosa.

El problema político está presente, en cambio, con las noticias falsas. Sobre todo con videos editados, montados a modo y trucados para hacer decir lo que un actor político no dijo. Los ejemplos abundan y usted los conoce. Mucho circuló en las redes sin visos de credibilidad para alguien medianamente informado, pero el peligro de desorden está ahí: en la circulación indiscriminada de rumores y noticias falsas. La diferencia entre ganadores y perdedores fue grande y no se hablará de eso por ahora. Pero el riesgo sigue ahí. Es casi seguro que el bombardeo de noticias falsas busquen minar el bono democrático obtenido por López Obrador y por los otros morenistas ganadores de los comicios.

AL MARGEN

EL DOMINGO Adán Augusto López recibirá su constancia de mayoría. Más de 700 mil votos lo avalan. También se oficializará el triunfo de Mónica Fernández y Javier May en el Senado. Hasta anoche todo indicaba que Juan Manuel Fócil (PRD) logró remontar y será senador por la primera minoría.

(vmsamano@yahoo.com.mx)