Qué tan complejo será estar a la altura del Papa Francisco que desde su asunción como representante jerárquico de la cristiandad católica fue absolutamente disruptivo, al romper todos los paradigmáticos dogmas ancestrales para configurar una iglesia empática con el apostolado de Jesucristo, de cercanía terrenal con la prioridad en los colectivos sociales discriminados.

Los 133 cardenales menores de 80 años que ingresarán este 5 de mayo a la Capilla Sixtina, en donde desde Juan Pablo II tiene lugar la deliberación a impenetrables puertas cerrada, con llaves y candados, el genuino cónclave; hasta lograr el consenso para designar en votación secreta, en primera instancia de las dos terceras partes o bien por mayoría simple,  a aquel que posea los argumentos como Jefe del Estado Vaticano, con el compromiso de conectar con los tiempos y circunstancias con el inquebrantable mensaje de paz entre las civilizaciones y solidaria armonía hacia el bien común.

El período pontificio de Francisco por exactos 12 años respecto de su legado lo plasmó incluso en su visita a México, del 12 al 17 de febrero; al tener una primera parada en la Catedral de la Ciudad de México, para una reunión con los obispos a quienes reprochó la opulencia del estilo de vida aparejado con el llamado a salir al encuentro con el entorno de la feligresía para evangelizar, compartir la palabra de Dios.

El itinerario papal fue estratégico en su planificación. Ante todo, acudió a la Basílica de Guadalupe en búsqueda de la comunión espiritual en el propósito de haber acudido a Ecatepec, Estado de México, en donde se reunió las familias con pobreza, los olvidados; en Morelia, Michoacán, encausó su homilía a los jóvenes acechados por el flagelo de las drogas; en San Cristóbal Chiapas, se congregó con los pueblos originario; y en Ciudad Juárez, Chihuahua, su última parada tuvo como finalidad oficiar una misa binacional, justo  en la frontera con Estados Unidos, orientada al fenómeno de la migración.

En su peregrinar por el mundo tuvo acercamiento con reos, con la comunidad de la diversidad sexual, con sus homólogos de los otros credos cristianos, así como con musulmanes, el budismo, entre otros.  

En el colegio cardenalicio, la mayoría afines a quien les nombró con este grado, tiene claro el mensaje que hasta en el el rito de sus exequias se dio el sello de la austeridad con la que debe dar continuidad al apostolado; Pietro Parolin, Secretario del Estado Vaticano, quien en su carrera pastoral tiene su paso por México; Luis Antonio Gokim, de Filipinas se perfilan, aunque este último sería el idóneo ensanchando la influencia a Oriente. 

La expectativa es tan alta que ya escaló a las casas de apuestas, tan inédito como contrario a la doctrina de Jesucristo asimilado por Jorge Mario Bergoglio de no hacer del acto religioso, como el Cónclave, un mercado pagano.   

En los tiempos y circunstancias actuales de un mundo globalizado, cobra trascendencia el posicionamiento del Jefe del Estado Vaticano para sostener la evocación la conciliación de la paz y cooperación entre las naciones; así ha sido desde Juan Pablo II, al grado de incidir en la reconciliación entre adversarios históricos; como el breve lapso de relación dado entre Estados Unidos y Cuba, concluido en 2017 con la llegada de Donald Trump a la presidencia norteamericana.

En medio de lo políticamente incorrecto que Donald Trump aprovechase su presencia en las exequias para establecer reuniones con sus homólogos, por el tema de los aranceles, destacó el breve encuentro con el ucraniano Volodomir Selenski fue aclamado por la comunidad internacional, dado la urgente pacificación de ese país en ruinas luego de incesante bombardeo ruso desde febrero de 2022.

Bitácora

A propósito de la conmemoración del Día del Trabajo, las movilizaciones de cada 1 de mayo no dejarán de ser una simulación; porque los liderazgos sindicales son un un botín económico de unos cuantos, mientras que los agremiados siguen con carencias. El ejemplo del cinismo se tiene en el multimillonario Pedro Haces quien como diputado federal promotor de una iniciativa de ley que pretendía deducir de hasta un 40 por ciento los salarios por concepto de préstamos dados por sus empleadores. 

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