¿Por qué no me gusta leer?; falta motivar a los jóvenes

Un documental titulado ¿Por qué no me gusta leer?, inicia con una reflexión: “en la escuela te dicen que leer es bueno, pero nadie te dice por qué leer es bueno”.

“Los maestros te enseñan a leer, pero nadie te dice lo que puedes lograr si sigues leyendo”.

Luego se escucha una voz del escritor Mario Vargas Llosa: “aprendí a leer a los cinco años, es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”.

La mayoría de las personas pasamos leyendo todo el tiempo, ya sean anuncios, instrucciones, pero es raro que nos detengamos a reflexionar lo que ahí se dice.

Eso sucede porque casi nadie nos menciona el beneficio de la lectura. Los padres corren. No hay tiempo. El joven huye, prefiere el celular o la televisión.

Eduardo Campech, un promotor cultural de Zacatecas, indica que estamos distanciados de los libros y de la lectura porque lo vemos como una obligatoriedad, así nos enseñaron, y lo peor, así nos acostumbramos.

Con las nuevas tecnologías, a pesar de que nos permiten ampliar el conocimiento, casi siempre optamos por lo más fácil, y nos mantenemos en la información distractora.

Hay más posibilidades que con el internet un niño llene su ideología con juegos y videos de guerra, que busque un cuento, menos un poema.

El narrador señala que las nuevas generaciones leen más, está comprobado, lo hacen en su celular, tablet o computadora, pero la calidad es deficiente.

“Hay quien lee para aprender, para evadirse, para viajar, tener un contrapeso de la realidad, para anhelar, estar frente a un espejo y saber cómo somos. Es toda una diversidad, pero es necesario guiar a los jóvenes, porque leer no es perder el tiempo, y muchos también así lo dicen: no leo porque no tengo tiempo”.

Se dice que enriquece el lenguaje, pero siempre y cuando el lector quiera, pero si no conoce la palabra y no la busca para saber su significado, queda igual. Jamás la podrá integrar a su vocabulario.

La escritora argentina María Teresa Andruetto, en su libro La lectura otra revolución, nos enseña que leemos para aprender a mirar en profundidad, y si aprendemos descubrimos que aún en lo más común habita lo extraordinario y en lo más correcto anidan incorrecciones e incomodidad.

De esa incomodidad aprendemos, porque la lectura es un camino a contracorriente de los propios preconceptos y prejuicios con respecto a las personas y a la idea de que el otro necesita menos o sabe menos o sufre menos o tiene menos derechos que nosotros.

Contra esa corriente va el camino que un libro nos abre, provocando el deseo y la posibilidad de mirar desde otro ángulo que las cosas no son como pensábamos.

PARÉNTESIS

El escritor, periodista, ensayista y crítico literario José de la Colina murió ayer a los 85 años, en la Ciudad de México. En 1955 publicó su primer libro, Cuentos para vencer a la muerte, y fue miembro del consejo de redacción de las revistas Nuevo Cine, Plural, Revista Mexicana de Literatura y Vuelta. Fue Premio Nacional de Periodismo Cultural 1984 por El Semanario Cultural de Novedades, Premio Mazatlán de Literatura 2002 por Libertades imaginarias. Ganó la Medalla de Bellas Artes en 2009 y el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2013 por De libertades fantasmas o de la literatura como juego. (kundera_w@hotmail.com)