23 de abril, Día Mundial del Libro

Cada 23 de abril se recuerda y festeja el “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”.

Cada 23 de abril se recuerda y festeja el “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”. Como lo dijimos hace un año, la idea original de la celebración del Día del Libro surgió en Cataluña y fue propuesta por el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés. Esta idea la propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona y fue aprobada en 1926 por el rey de España Alfonso XIII. Y hasta 1930 se instauró la fecha 23 de abril como el Día del Libro.

Años después, la Unión Internacional de Editores, por medio del gobierno español, propuso a la Organización de las Naciones Unidas que se hiciera oficial el 23 de abril como el “Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor”. Entonces, desde 1988 y promovida por la UNESCO, organismo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura, se celebra este evento y fue hasta 1995 que se convirtió en una fiesta mundial, quedando como fecha oficial el 23 de abril.

¿Por qué se escogió esa fecha para festejar el Día Mundial del Libro? La UNESCO nos informa que esa fecha se escogió porque un día martes 23 de abril de 1616 fallecieron don Miguel de Cervantes Saavedra y el dramaturgo y poeta inglés William Shakespeare, conocidos escritores de talla mundial en el tiempo y en el espacio.

Sin embargo, dijimos entonces, que la UNESCO no precisa que la fecha de muerte, 23 de abril, de William Shakespeare está registrada con el calendario Juliano que aún estaba vigente en Inglaterra en 1616 y que la fecha del deceso de Miguel de Cervantes se registró, pero con el calendario Gregoriano que ya estaba vigente en toda la Europa católica a partir de 1583. Y entre los dos calendarios había una diferencia de diez días.

Con beneplácito les decimos que nuestra Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, desde el 21 de marzo pasado se adelantó a esa fecha y a ese evento: del 21 al 25 de marzo la Universidad estuvo de manteles largos y llevó a cabo una magna “Feria Internacional de Libro, UJAT 2023”. En ella participaron más de 80 escritores locales, nacionales y extranjeros presentando sus libros, con la participación destacada de reconocidos escritores cubanos. La Feria estuvo enriquecida con diversos conciertos musicales y de reconocidos solistas de talla internacional; se realizaron diversas exposiciones de pintura, destacando artistas plásticos de Tamulté de las Sabanas.

Hubo un espacio especial dedicado a los niños llamado Juchimancitos con el fin de fomentar la lectura en personas desde temprana edad. Las actividades mencionadas no se concentraron sólo en Villahermosa, sino que se realizaron también en los municipios donde nuestra Universidad tiene sedes y divisiones.

Durante esos días, hasta la clausura, nos acompañaron el embajador de Cuba y el rector de la Universidad Autónoma de Chiapas. En mis 37 años de ser miembro de la UJAT no había presenciado una feria del libro de tal magnitud y esplendor como esta.

Pero mientras en distintas ciudades del mundo se hacen grandes festividades para celebrar el Día Mundial del Libro, aquí en Tabasco esa fecha siempre pasa de noche como todos los años. ¿Y qué otra cosa puede esperarse de un pueblo donde muy pocas gentes leen libros, empezando con los dirigentes de nuestro gobierno local?

De acuerdo a los datos de la UNESCO, México ocupa el penúltimo lugar en lectores de libros y Tabasco se lleva las palmas en ese triste y lamentable indicador. Y en un pueblo que no lee libros y que es más asiduo a la cerveza y el celular, los libros y los autores de libros sólo provocan envidia, rencor y sarcasmos. Como dijera Oscar Wilde: “La masa tolera todo, menos el talento”. Por eso si alguien escribe un libro, abre una librería o vende libros en la Zona Remodelada, le llueven los sarcasmos y las críticas.

Como lo dijimos hace un año y volvemos a decirlo, a pesar de que en Tabasco pocas personas leen libros, sin embargo, todos son epidemiólogos, nutriólogos, especialistas en petroquímicas, en aeropuertos, en energía eléctrica y eólica, en litio y en ecología. Todos son historiadores, analistas políticos, economistas, especialistas en finanzas públicas, en comercio internacional, en teoría monetaria. También son duchos en literatura, son poetas y filósofos y son, más duchos aún, cuando ya tienen atravesadas varias caguamas entre pecho y espalda. No cabe duda: el ignorante es audaz.

En Tabasco hay cervecerías, bares y cantinas a tutiplén y se mantienen atiborradas todo el tiempo, aunque la familia no tenga para comer. Con un pueblo con una pobreza cultural y espiritual como el nuestro, es difícil que salgamos del atraso ancestral en que estamos inmersos desde nuestro nacimiento como país. Por eso padecemos tantas patologías sociales y enfermedades en nuestros cuerpos.