A Gaudiano le están haciendo “La Carreta” y crece…crece…crece

A Gaudiano le están haciendo “La Carreta” y crece…crece…crece

Desde luego que no es agradable recibir a cada minuto insultos e improperios, y menos aguantar calumnias e injurias, pero no tiene porque ser todo necesariamente malo. No sé a quién se le ocurrió esta campaña tan burda de “guerra sucia” contra Gerardo Gaudiano, aunque es evidente de donde viene. Esto ha sido algo así como lo que hacen los perros de rancho: ladra uno, a alguien o a algo, y el resto de los perros también ladran, pero no conocen el motivo, no saben el porqué. Solo se une la manada. Lo que están haciendo los enemigos de Gaudiano es demostrar su temor por el crecimiento, sostenido, de aceptación que mantiene desde la primera campaña electoral en la que participó. Y no se les ocurre otra cosa que recurrir al librito que se aprendieron desde que se iniciaron en la guerra sucia. En este librito se contempla una herramienta de acoso al enemigo a vencer denominada “La Carreta”. No es otra cosa que buscarle los puntos débiles al enemigo y golpearle con ellas, una y otra vez, sin descanso, hasta que se logre encontrar un hueco en la estabilidad emocional del objetivo que, generalmente, reacciona sacándose de quicio y haciendo tonterías que alimentan la campaña de “acoso y derribo”. Es efectivo este mecanismo, mucho, pero solo con los frágiles de carácter y Gerardo Gaudiano no lo es. El asunto es que quien, o quienes, originaron el ataque feroz parece que desconocen las técnicas del marketing político que desaconsejan iniciar una campaña de descrédito contra alguien que se encuentre en la cresta de la ola de la popularidad, que es lo que le pasa a Gaudiano. Al joven presidente no solo no le han mermado en absoluto su aceptación entre el electorado, sino que al contrario se están disparando sus números de aceptación. Porque además de hacer las cosas bien, de salir a la calle todos los días a explicarlas, y de mantener un hilo directo de comunicación con los ciudadanos le han convertido en víctima de golpes cobardes y sin fundamento y en Tabasco, en México y en el mundo, eso suma votos. Ser víctima es rentable. Eso lo sabe muy bien Gerardo Gaudiano quien además no se ha puesto nervioso y no ha respondido con actitudes soberbias ni violentas o insultantes contra sus enemigos, que no adversarios.

Por Antonio López de la Iglesia