A piedra y lodo, con miedo al miedo

Tal vez porque somos tantos los que, aún encerrados a piedra y lodo, estamos buscando la salida a esta crisis endemoniada a la que nos enfrentamos

Tal vez porque somos tantos los que, aún encerrados a piedra y lodo, estamos buscando la salida a esta crisis endemoniada a la que nos enfrentamos, que hemos dejado obstruidas todas las puertas. Ni las llamadas a la responsabilidad social del gobernador Adán Augusto López, ni la distancia social, ni las prevenciones en forma de mascarilla y guantes, ni el miedo al virus, ni el miedo al miedo, han conseguido frenar en seco a la pandemia que nos tiene encerrados en el túnel del que no, no vemos la salida por ninguna parte. Supongo que esto se huele a distancia y nuestro hedor ya ha llegado hasta el “paisano presidente”, AMLO que ha expresado su preocupación particular por lo que está pasando en nuestra tierra y según dicen se prepara un plan B alterno, con medidas mucho más radicales y quirúrgicas, para que esto se resuelva de mala manera, porque ya no se puede de la buena, pero que se resuelva. No me imagino otras previsiones que no pasen por el toque de queda o algo muy parecido y conociendo a la paisanada seguramente hay ya preparada toda una estrategia para culpar a los gobiernos federal y local de ser autoritarios pero es que, aunque esté mal el decirlo y sea políticamente incorrecto y nefasto solo pensarlo, necesitamos mano dura. Los llamados a la civilidad ya sabemos que han terminado por llevar a muchísimos tabasqueños a las calles, a pasear el COBID 19, como si fuera mascota, a presumir nuestra falsa valentía que en realidad no es sino ignorancia. Mientras que ahí fuera el mundo sigue rodando y llega el Presidente López Obrador a recuperar el terruño y seguramente traerá soluciones que ya pactó con el Gobernador AALH. Además aquí está la Refinería que debe de traer tranquilidad energética a México y paz social y mucho trabajo para los chocos, que ese el tema principal del que tendríamos que estar hablando: Del trabajo que vamos a necesitar para enfrentar la recesión que asoma. Mientras el vehículo eléctrico siga siendo el más caro no se podrá acabar con el diésel y la gasolina. La industria de la automoción está manejada a distancia por esos oscuros poderes que temen a la claridad. Somos muchos, aunque no los suficientes, los que pensamos que mientras el vehículo eléctrico siga teniendo los precios que tiene, estarán vigentes las tarifas actuales. El sector del petróleo, que da el 40 por ciento del PIB, es uno de los sectores, que no son tantos, que crea más empleo. Por fortuna, tienen que amoldarse a unas circunstancias que, por muy malas que sean, podrían ser peores. Nuestro presidente tiene pocas cosas donde elegir, y los coches eléctricos nos siguen dando calambres. Así que hay que convivir con el diésel y la gasolina, ya que “nadie elige su amor”, ni siquiera sus desamores. Otros nos están vendiendo las ocurrencias en contra de Dos Bocas al precio de las ideas, pero no hay que comprarlas al precio que sea, ya que sarna con gusto no pica. Según dicen los que se rascan, que somos casi todos y serán más cuando perdamos el miedo al miedo. Bienvenido Presidente y paisano. No hemos sabido manejar ni siquiera nuestros privilegios de vivir el edén en donde vivimos, porque cada región y cada pueblo creen que su territorio es el paraíso. Estamos dispuestos a demostrarlo, que la estadística lo hace todo posible, especialmente lo inverosímil, que es casi todo.