A ponerse las pilas

Voces hay que dicen que los tabasqueños deberían ya de estar adaptados-preparados para la temporada de lluvias e inundaciones

Voces hay que dicen que los tabasqueños deberían ya de estar adaptados-preparados para la temporada de lluvias e inundaciones; relatos y anécdotas giran en torno a los preparativos y hasta habilidades de supervivencia que por generaciones en esta bendita tierra-agua se implementaron para sortear los estragos de la naturaleza, para convivir con el entorno que año con año reclamaba sus espacios, nos demostraba que su memoria natural es certera y precisa.

Hay en otro segmento de la sociedad, grupos que sostienen que los estragos por lluvias y anegaciones son causados por la mala gestión, mala planeación e incompetencia de funcionarios de gobierno, no aceptan pues que en gran medida hemos invadido zonas naturales de alivio, rellenado extensiones de vasos reguladores, encarpetado o pavimentado causes, violentado pues, el orden natural del ambiente.

En la época moderna, cada que el temporal se presenta, vemos escenas desgarradoras de familias que pierden las pocas pertenencias que con mucho trabajo y sacrificio han ido adquiriendo, las caras de desesperanza ante la súbita perdida del patrimonio, simiente y eslabón palpable de una “mejor calidad de vida”, por ello natural también que la impotencia desencadene enojo, que la tristeza y frustración busque a rajatabla culpables; en la mayoría de la ocasiones, el sector gobierno se ha quedado corto para dar regocijo y quietud a la masa poblacional afectada.

Particularmente en la urbanidad, es donde con más fiereza en el reclamo se presenta, ea pues que el funcionario que se “avienta” a poner el pecho, pone en juego su integridad física, la investidura y en ocasiones hasta su carrera política, así ha sido y así seguirá.

Loable es que el gobernador del estado haya salido eyectado de inmediato a coordinar-encabezar personalmente los recorridos, que haya emplazado a las dependencias federales -particularmente a la CFE- a un trabajo pulcro y lleno de profesionalismo para no afectar a los tabasqueños, que su tiempo en estos días estuviese dedicado por completo a por todos los medios evitar el mayor daño posible a la vida y patrimonio de sus gobernados, pero analistas, opositores y mayoritariamente el ciudadano de a pie, han coincidido en que ven a un gobernador solo; le reconocen su empuje, pero enardece mas el mensaje de indiferencia, falta de arraigo y compromiso de sus funcionarios, y muchos afectos remarcan incluso que hasta desilusiona ver que el hombre fuerte de plaza de armas,  esta rodeado de una banda burocrática que en su mayoría está más preocupada por el siguiente puesto, en la siguiente elección, en olfatear quien es el que sigue y desde ahora amarrar su espacio para el sexenio a iniciar el 24, así de rudo y crudo lo está percibiendo el ciudadano.

En estos tiempos el dialogo frontal es lo que debe imperar, pero también el ejercicio del poder y mas el ejecutivo, tiene una serie de cánones que deben seguirse, por ello es menester que el encargado de la política interna se ponga las pilas, que haga funcionar sus áreas y atienda-entienda mejor con el ciudadano (ahora más en etapa de emergencia), que genere condiciones para que el impacto y trabajo del mandatario fluya, funcione y si se puede hasta luzca, y sus pares secretarios, deberían también adoptar el mismo talente, el mismo ritmo y la misma visión y acción, arropar al gobernador.

Ya el padre de la 4T en reiteradas ocasiones ha dicho que los había y ahora todavía hay, esos que detrás de un escritorio, que por su inmovilidad, por su inacción, por su falta de entendimiento y empatía con los postulados de la 4ta, por su soberbia, por que se suben a un ladrillo y se marean, por su nulo caminar entre la gente, llegan a adquirir un color característico: “el amarillo burócrata” y alientan más al “elefante reumático”, y comentan los chocos que a varios de los locales, la descripción del tepetiteco “les cae como anillo al dedo”; ojala y el gabinete local, entienda que llegaron al puesto como producto de una ola democrática histórica, que su jefe no cesa ni descansa en hacer que para el tabasqueño sea su tiempo, y que tienen que salir del marasmo de soberbia y futurista, de lo contrario, el desgaste súbito podría llegar muy rápido…

Zarpazo. Las inundaciones son una loza pesadísima para el alcalde centreco; también en el ciudadano villahermosino de a pie, crece la convicción de que, a su presidente municipal, las aguas siempre lo agarran mal parado, e indudablemente esa percepción también es una carga para el ejecutivo estatal.