Águila o Sol
17/12/2025
Gallardo
Suele suceder que unas figuras ensombrezcan a otras. Sin embargo, habrá quienes no olviden, como es mi caso, la importancia de recordar o poner sobre la mesa a personajes que, pese a sus trayectorias, no reciben una narrativa copiosa. Cada cierto periodo, el futbolista tabasqueño Jesús Gallardo cosecha títulos no solo con sus clubes sino con la Selección Nacional, pero en su tierra el eco queda atrapado a pesar del respaldo de reporteros y periodistas deportivos.
Hace unos días, el cardenense ganó el bicampeonato con el Deportivo Toluca, un hazaña importante para el club mexiquense porque después de unas décadas ha retornado a la senda de los campeonatos en México. Aún está en nuestras memorias los años glorioso de José Saturnino Cardozo y compañía con el Toluca.
Esta vez, Gallardo hizo lo que debía hacer: defender, sumarse a la ofensiva y cobrar con efectividad el penalti que le correspondió.
Lo de Gallardo no es fortuito y en otros momentos se ha contado su historia: de cómo se trazó un camino futbolístico en su natal Cárdenas, una vía que costó sudor y sangre, sobre todo, cuando jugó para Jaguares de la Sección 48 y de su paso por las inferiores de Pumas.
Si bien el tabasqueño promedio que gusta del balompié escuchó su nombre en las divisiones menores, empezó a ubicarlo con mayor exactitud cuando sorprendió al jugar para Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
De hecho, un sinfín de amigos jalpanecos lo saludamos y dialogamos con él en unas vacaciones: aún jugaba para los felinos. Todavía recuerdo que en esta charla los aficionados le brindaron una serie de consejos porque deseaban verlo vistiendo la camiseta de la Selección Nacional. Así fue. Aquel encuentro y plática con Gallardo fue posible por la mediación de los hermanos y gemelos, Juan y Jorge Arias Córdova.
El extremo o lateral izquierdo debutó en el máximo circuito, defendiendo la azul y oro de los Pumas, en 2014. Desde entonces su carrera despegó. Jugó cuatro años para la UNAM y luego fichó para Rayados del Monterrey donde disputó unos 214 juegos portando el jersey de los regiomontanos. Justamente fue con Monterrey, y en el Gigante de Acero, donde ganó el campeonato de Liga y de Copa, y también se adjudicó el trofeo de Campeón de Campeones; títulos que se sumaron al Bicampeonato con Toluca y al Campeón de Campeones con el mismo club mexiquense.
A estos logros del futbolista tabasqueño es necesario sumar los cosechados con la Selección Nacional, como la Copa de Oro y como jugador mundialista, el sueño de miles de jóvenes que juegan en clubes de primera o inferiores. Desde el 2016 Gallardo acumula unos 113 juegos con la Tricolor, y más de 300 si sumamos los disputados con los diferentes clubes mexicanos en competiciones nacionales e internacionales, en donde "Vegeta" ha sido pieza clave. Sus números crecen en cada temporada y ahí están los registros para su consulta.
A diferencia de otras ciudades o provincias donde reciben a sus figuras desde que llegan al aeropuerto u otra terminal terrestre, a Gallardo -aficionados y autoridades- le han quedado a deber, quizá porque en este trópico húmedo el beisbol sigue dominando la narrativa o los certámenes de belleza. Y esto va más allá de si el deportista radica aquí o no dado sus compromisos profesionales. Si los números y triunfos están a su favor no habría problema alguno para declararlo, incluso, un huésped distinguido.
Ahora que recientemente he visto el documental "Adriano Emperador", creo que la historia de Jesús Gallardo bien cabe en un guion que contextualice a la misma Cárdenas y que esta municipalidad sea vista con otro enfoque, y no solo el de la violencia. Y no porque la carrera del futbolista esté por terminarse, sino como parte de un reconocimiento a los deportistas que vencen adversidades para destacar más allá del territorio local.
@Librodemar
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