AMLO, Anaya y Meade, ¿y México?

AMLO, Anaya y Meade, ¿y México?

Ayer los tres fueron ungidos formalmente como candidatos; en un hecho histórico en la época democrática moderna de nuestro país, dos partidos políticos dieron el espaldarazo a un no miembro de su instituto.

El mítico, poderosísimo y con más experiencia de gobierno al frente de la Republica, el Partido Revolucionario institucional le apuesta por un avezado profesional con altas cartas credenciales en el desempeño de la función pública , un ciudadano sin militancia partidista, una antítesis del político coloquial, de esos que por miles se han formado en el seno del partido tricolor.

Pepe Meade deberá dar una batalla perfecta, titánica y hasta con tufos de heroica; y es que al haber pedido de forma jocosa que el PRI y sus militantes lo hicieran suyo, sabiendo en sus adentros que esa adopción, aceptación, fusión y entrega, le significarían a él también cargar con todos los lastres que el partidazo encarna. Meade Kuribreña deberá sortear la baja popularidad y alto nivel de rechazo que Enrique Peña y su gobierno tienen ante la ciudadanía, deberá además operar, hacer alianza e intentar convencer al electorado que él es diferente aunque este acompañado por los mismos (léase Ochoa Reza, Beltrones, Romero Deschamps, Nuño, Rubén Moreira, etc.), y más aún con su discurso deberá convencer al votante que esta vez, con su continuidad, las reformas estructurales si darán los resultados que se prometieron antaño; con su discurso de ayer, pareciera que por un momento Meade se aleja del Presidente Peña y los suyos, y en su persona empáticamente le dice al ciudadano que “…Tenemos que hacernos cargo de las expresiones de malestar y decepción. Para eso tenemos que ver y tenemos que escuchar a quienes elevan su voz y expresan sus respectivas demandas sobre seguridad y justicia…”, por lo que el Candidato Priista al parecer deja ver que no comparte la visión de que la irritación social es “irracional”. Veremos si el PRI, sobre todo la cúpula, se atreve a cortar las ataduras y suelta de lleno a un Candidato que ellos mismos eligieron, ya que copado y frenado muy difícilmente lograra la ansiada remontada.

El otro partido que ungió candidato no militante fue el Partido de la Revolución Democrática, y es que el Sol Azteca acudirá a las urnas como acompañante toral de Acción Nacional, pero también lo hará con la firme convicción de lograr la supervivencia política y la de su muy necesaria y muchas veces atinada agenda social.

Algo si es seguro, que una vez pasado el proceso electoral y si el electorado los elige como la mejor opción de gobierno, el PRD deberá entrar en un periodo hondo y crudo de reflexión ideológica, pero sobre todo de recomposición interna; a Ricardo Anaya a veces pareciera que más que “el dinosaurio moribundo”, su partido y, su principal aliado, nomás véase la penosa y lamentable trifulca en el marco de su congreso Nacional por el desacuerdo en la asignación de candidaturas para el Congreso de la Unión, con ello le están complicando el compactado de su candidatura; en los azules el disenso está a tope (amén de que muchos que eran de sepa, están ya en los brazos de ya sabes quién) y resuena con estruendo que el Joven Maravilla es harto autoritario y poco abierto a la democracia; “la soberbia infinita” es un lastre que el Candidato de Por México al Frente, no se ha podido sacudir y que a diario le ha ido minando de apoco. Ahora Anaya tendrá que empezar a ceder al interior, ampliar el equipo decisorio a más de “cinco”, para que su caminar sea frontal, sin sobresaltos ni fuegos amigos, para intentar revertir los “ocho puntos porcentuales” y lograr “…gobernar con las y los mejores mexicanos…”

En MORENA al parecer todo marcha viento en popa; el “terco” AMLO sigue en la punta, y ha sido nombrado Candidato de SU partido; sigue en la tónica de purificación y de apertura de puertas a todos los hombres y mujeres de “buena voluntad”, bienvenidos sean los “PRIetos” es su lema de inclusión y concertación política. En la designación de candidaturas resulto que la mejor idea por irrisorio que parezca ha sido la famosísima TOMBOLA, la cual le ha quitado severos dolores de cabeza; al momento y con sus movimientos y acuerdo políticos, harto cuestionables sí, pero también sorpresivos, son los que lo tienen en la posición inmejorable de competencia.

Todos los críticos, los que lo aman y los que lo rechazan, lo dicen frontal y sin vacilaciones, Andrés va ganando la batalla política, pero lo verdaderamente interesante y lo que muy probablemente lo convertirá en Presidente es ver si puede ganar la lucha contra él mismo. En tanto el “peje” hoy más que nunca tiene muy claro que es “a Palacio Nacional o  la Chingada”.

En mi Punto de Vista, las deserciones, la rebatinga electoral sin ideología, sin escrúpulos, sin democracia y  sólo la ambición del poder abonarán al rechazo de los partidos políticos,  en la próxima contienda LOS JUDAS jugarán un papel importante. La pregunta a es ¿Y MÉXICO?