AMLO y la batalla de los datos: otras cifras, pero sobre todo otro objetivo

Colocar en su contexto, lo macro y lo micro de la economía; Otros datos: inflación 3%, disciplina financiera y estabilidad

CUANDO López Obrador plantea que tiene otros datos, el malestar mediático aparece, aunque los argumentos para refutar cifras presidenciales no quedan bien enhebrados. El comentarista se justifica con un argumento búmerang: que AMLO empezó la tanda y la tunda. Así las cosas, tenemos la descalificación al cuadrado mientras la veracidad de los datos pasa a segundo plano. No hay forma de aclarar y la guerra de cifras flota alrededor de las conferencias mañaneras. 

Ha sucedido con cifras sobre inseguridad, crecimiento económico, migrantes que pisan suelo nacional, estancias infantiles, robo de combustible, medicinas, pensiones, escuelas, agremiados sindicales y burócratas. No sólo AMLO tiene otros datos: los políticos identificados con el antiguo régimen también aseguran contar con otras cifras. Vocación de choque sin verificación. Habría que preguntar a los consorcios mediáticos por qué no verificaron en el pasado los números oficiales.

Quizá falte en la comunicación oficial una política de contexto e integración: este régimen no puede ser juzgado sólo por las cifras macroeconómicas, tan propias del neoliberalismo, sino por el objetivo y tiempos del modelo que propone. ¿Se están cumpliendo las metas, hay un cronograma?, ¿lo entienden sus operadores a nivel federal, estatal y municipal? ¿Van en el mismo barco? 

DESCIFRAR EL ENREDO

POR EJEMPLO, se pone en duda que existan 8 millones de beneficiarios a través de los programas sociales en 2019. Dudar de la logística gubernamental en México es razonable, dadas las mañas de otros tiempos. Sin embargo, poner en duda no cancela el beneficio de la duda. La verificación periodística es indispensable. Otro ejemplo: costos de los viajes presidenciales en aviones comerciales. Se habló de un ahorro de 300 millones de pesos y un sector de los medios lo puso en duda. 

No hay que creer a pie juntillas, pero falta otro paso: la investigación paralela a la versión oficial. Las aerolíneas tendrían algo qué decir, junto con operadores del anterior hangar presidencial. Hasta donde se sabe, nadie les ha preguntado si esos datos (ofrecidos por AMLO) son correctos. Se tiene que investigar. El beneficio de la duda es ética periodística y actitud necesaria. Pero poner en duda y nunca investigar es juego político que sin embargo se declara “cobertura objetiva”.

Saludable resulta, además, no sólo para la población sino también para el gobierno, que los datos disponibles sean cuestionados y verificados. Sólo  la información correcta permite decisiones correctas.

El investigador Pedro Miguel, entrevistado por Julio Hernández López (TV La Octava Luna, diciembre 5), refirió una historia para ejemplificar el cambio de régimen en México a partir de la redistribución de recursos públicos: “El llamado Instituto para la Infraestructura Física y Educativa (INIFED, que depende de la SEP) gastaba miles de millones de pesos al año para mantenerse a sí mismo (20 mil millones en siete años, hasta 2018). Despachaban en edificio de mármol, gastaban como si nada tres millones de pesos anuales en boletos de avión. Tiene cero pesos en el presupuesto 2020. El dinero que antes manejaban se asignó a los Comités de Administración Escolar”. Buen punto, aunque hay polémica en puerta porque los Comités de Administración Escolar serán manejados por padres de familia y las partidas presupuestales de la SEP no pueden canalizarse hacia entes sin personalidad jurídica. ¿El INIFED apelará? Por lo pronto se frenó el dispendio. Falta canalizar de la mejor manera esos recursos. La alternativa de integrar a padres de familia no suena mal, a condición de que el trabajo se realice con orden y transparencia.       

PESOS QUE PESAN

OTROS datos que hablan del cambio de régimen: la inflación creció 3% en 2019, la tasa más baja en cuatro décadas y la mejor noticia para consumidores; las reservas monetarias (para enfrentar turbulencias financieras) crecieron 6 mil 700 millones de pesos; la deuda pública se incrementó cero pesos y así AMLO cumplió con la disciplina macroeconómica, mientras la élite empresarial esperaba la hecatombe.       

El sitio Wikileaks, polémico por adelantar exclusivas vía hackeos electrónicos, dio a conocer el índice de corrupción 2019 elaborado por la organización Transparencia Internacional, que se publicará para enero de 2020. Según los datos que ventila Wikileaks, México mejoró 25 puestos en el índice mundial de corrupción, si comparamos con la medición de 2018, cuando ocupó el lugar 138 de 180 y obtuvo 28 puntos positivos de 100. Ahora, México ocuparía el lugar 113 y tendría 40 puntos de 100 posibles. No está mal para un solo año de trabajo gubernamental. 

Hay mucho por hacer, de cualquier modo, porque 60 indicadores esperan un reajuste que perfile otro tipo de gobierno y otro tipo de eficacia de la gestión pública. La corrupción es problema de eficacia técnica también, no sólo revaloración ética de la política. Las encuestas nacionales (en promedio) muestran un cambio de percepción: 70% piensa que “con AMLO se trabaja sin mordidas y sin extorsión”. Parece que, en este caso, no hay otros datos. 

AL MARGEN

HOY en la conferencia matutina del presidente López Obrador, Tabasco, el petróleo y la electricidad estarán en el centro de la polémica. Participarán en la comparecencia cotidiana Octavio Romero, Rocío Nahle y Manuel Bartlett. Para cerrar, AMLO tiene previsto un nuevo viaje a tierras tabasqueñas esta semana. Oaxaca es la entidad más visitada por el mandatario en 2019. 

(vmsamano@hotmail.com)