Análisis a fondo
18/09/2025
China y la India: su naturaleza común
PARTE 1
LA ACTITUD DE DONALD TRUMP OBLIGA A LA REVISIÓN DE LAS FUERZAS ECONÓMICAS EMERGENTES EN EL PANORAMA INTERNACIONAL. MÉXICO NO PUEDE SER AJENO A LOS MOVIMIENTOS DE REACOMODO DE BLOQUES Y ALIANZAS.
La irrupción de China y la India en el orden mundial en las últimas dos décadas requiere primero de una explicación, y luego un detalle de las consecuencias para México, y desde luego el Mundo Blanco de Estados Unidos y Europa, quienes han tenido el destino y los recursos del planeta en sus manos desde 1500.
Tanto China como la India son países con una civilización continua de cuando menos unos 5 milenios cada una, durante este tiempo pudieron desarrollar sus sociedades y economías a un nivel que Europa solo lograría en su fase de expansión imperial. Juntos, aportaban más de la mitad del PIB mundial antes de las conquistas europeas. La India era el principal exportador mundial, mientras que la economía china era un poco más dirigida hacia el interior, aunque en ciertas épocas contaba con una fuerza naval comercial importante. La diferencia en el desarrollo entre los países europeos y los asiáticos consiste en que los segundos se desarrollaron sin la necesidad de someter a nadie, mientras que los europeos sometieron a todo el planeta a su servicio.
Esta fuerza interna, que no requiere de la explotación y expoliación externa, es la base del resurgimiento de ambas economías asiáticas, pero especialmente la hindú, que depende muy poco del exterior, aunque ha desarrollado grandes relaciones con otros países. Por ejemplo, mientras que para México y China el Comercio Exterior suma casi la mitad de su Producto, para la India apenas rebasa el 20%, y en periodos anteriores ni siquiera alcanzaba el 10%. De la misma manera, por lo general, se prefiere hacer con lo que hay en el país, y no depender de suministros externos. Yo viví esto plenamente durante mis primeros 20 años de vida en Mumbai.
El orgullo cultural asiático permite a las economías una independencia grande del exterior, y aunque ambos países asiáticos recuerdan muy bien su periodo de sometimiento a Europa, por lo general no dudan que otra vez van a ser lideres mundiales; China mucho más adelantada en este esfuerzo que la India. El consumo de los productos nacionales es la norma, y el consumo de los productos extranjeros se limita esencialmente a las elites. Por ejemplo, de joven, nosotros limpiamos nuestros dientes con las ramas del árbol de neem, no con cepillo y pasta dental, que nos alcanzaron más tarde. Este nacionalismo económico acendrado permite a ambos países una libertad grande en escoger a sus socios y sus mejores intereses. No están amarrados a alguna otra potencia, ni sujetos a sus dictados, y sus clases medias están firmemente involucradas en el desarrollo nacional propio, apoyado por sus sistemas educativos sólidos, a veces espectaculares.
Realmente, no les gusta el sometimiento, y por lo general tratan de tener relaciones justas con los demás países. Ambos sostienen, apoyan y aconsejan a las economías de África, y no solo eso, sino ofrecen becas a los estudiantes africanos para estudiar en sus países. Recuerdo a los estudiantes africanos en mis clases universitarias en Mumbai hace más de 60 años. La India era muy pobre, pero, de todos modos, tenía algunas becas para los países africanos. Por ello, tanto China como la India, a pesar de las críticas occidentales, están bien vistos en el Sur, y juntos ofrecen un modelo atractivo de redención nacional con dos variantes: la china, más centralizada; y la hindú, más descentralizada en todo sentido.
Ambos países, pero menos China, cuentan con una reserva laboral inmensa, que poco a poco van incluyéndose en el desarrollo nacional. El brinco de una baja productividad rural a otra urbana más alta caracteriza su estrategia económica básica. Este salto permite a los asiáticos a contar con tasas globales de crecimiento verdaderamente excepcionales. La economía hindú está creciendo a una tasa del 7% anual, duplicándose cada 10 años. Todavía es una economía chica, de unos 4 mil millones de dólares, contra 20 para China (y 30 para los Estados Unidos). Pero, en Economía, mucho depende no solo del monto total, sino de su uso y su velocidad de cambio.
Por ejemplo, la industria automotriz china es muy reciente. Hasta hace una docena de años, solo fabricaban autos chinos las empresas extranjeras. Ahora, son empresas chinas los líderes en un mercado que creció hasta llegar a casi dos veces el mercado norteamericano. Pero, además, dominan a muchos mercados mundiales. Vieron que el vehículo eléctrico tiene la enorme ventaja de ya contar con energía producida, y no tener que producir la energía con un motor especial. Con una tecnología avanzada, brincaron sobre todos los pasos históricos de las empresas existentes. La India también busca hacer lo mismo en donde pueda, como en la Tecnología Informática, o en la fabricación de medicinas genéricas, vacunas, etc., para la salud no solo de los pueblos del Sur Mundial, sino gran parte de la población de bajos ingresos en el Norte. Así, se han hecho su participación indispensable a escala mundial.
Además, las empresas que lograron entrar al principio tienen buenas posibilidades, no así las empresas que se quedaron afuera. Lo mismo está pasando ahora en la India. Y esos ingresos futuros conforman su poder real económico que el capitalismo respeta, con las consecuencias políticas para las empresas y países desplazados, principalmente los Estados Unidos. Joseph Schumpeter ya había tipificado esta capacidad capitalista de regeneración empresarial a partir de la destrucción de Capital. Ha ocurrido este proceso natural dentro de los países occidentales, pero ahora es en Asia en donde el proceso está en su momento más agudo, con grandes beneficios para las naciones asiáticas, cosa que no es del agrado de los países occidentales, en especial los Estados Unidos, creyentes en un poder permanente, aunque no sostenido por su capacidad económica cada vez más reducida. Continuará: China y la India, su Historia. (*El autor es Doctor en Economía, especialista en planeación y finanzas, colaborador de PRESENTE.)

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