Anaya y Meade, en el debate dominical batalla por el segundo sitio en la carrera

Anaya y Meade, en el debate dominical batalla por el segundo sitio en la carrera

*Con AMLO como puntero, buscan definir quién será su rival

*Castañeda, asesor de Anaya: acercamientos y afinidades con Meade

*Lo que sigue, una intensa campaña postdebate; antes y después

LA COMPARECENCIA de mañana domingo entre los cinco aspirantes a la Presidencia frente a las cámaras y micrófonos puede ser un debate, pero es más posible que no lo sea. Así como las encuestas pasaron a formar parte del arsenal de cada partido y candidato, al igual que de los grupos de interés, de la misma forma los “debates” se inscriben en la estrategia de cada contendiente. Para unos la confrontación es determinante; para quien encabeza las intenciones del voto –como un equipo que va adelante en el marcador- lo decisivo es reforzar su defensa y administrar la ventaja.

La interrogante que estará bajo discusión la semana próxima es qué tanto pueden estos foros entre candidatos mover las preferencias o rechazos. Quizá la respuesta lógica sería ubicar a los “debates” como un momento en las campañas, pero no lo fundamental ni determinante. Un antes y un después. Como hipótesis podríamos decir que sí sería determinante para quienes dudan entre apoyar a Ricardo Anaya Cortés (PAN-PRD-MC), o a José Antonio Meade Kuribreña (PRI-PVEM-Panal), para colocarlos en posición competitiva frente a Andrés Manuel López Obrador (Morena-PT-PES).

Decir que el priista Meade está frente a su supervivencia en la carrera no es una exageración, sobre todo si tomamos en cuenta que él mismo aceptó los registros más recientes del diario Reforma. Sostuvo: “La estrategia central, puntual que refleja un análisis estadístico y, además una reflexión estratégica, es remontar ese 30 por ciento”. Aunque luego apuntó: la encuesta que cuenta es la del uno de julio” (19/IV/2018)

LA SOMBRA DE LAS CIFRAS

SURGE la interrogante ¿a qué 30 por ciento se refirió Meade? De acuerdo a la más reciente medición a la población abierta publicada por el diario Reforma el candidato López Obrador había llegado ya al 48 por ciento de las intenciones del voto, 22 puntos arriba de su más cercano competidor y 30 puntos por sobre quien ubica en el tercer sitio. Ricardo Anaya tendría 26 por ciento y Meade Kuribreña 18 por ciento. Los independientes Margarita Zavala  y Jaime Rodríguez son colocados con 5 y 3 por ciento respectivamente.

Como podrá haber apreciado el lector en los diversos reportes, no existe coincidencia en el lugar que se le asigna a Meade y Anaya –en unos el segundo, en otros el tercero-,  y sólo concuerdan en reconocer a López Obrador como puntero. Aunque con puntaje diferente.

¿Es una ventaja irreversible? Un acucioso observador del sistema mexicano sostiene que no, porque considera dos factores: el partido en el poder (esto es, el gobierno federal) cuenta con un “margen de maniobra” de aproximadamente un 5 por ciento, además de que en un esquema de alianzas de facto ya probado en 2006 y 2012, puede mover otro porcentaje de hasta 10 por ciento hacia quien sea establecido como el candidato del sistema (Meade o Anaya), frente al antisistema (AMLO). La clave, en todo caso, sería el mayor o menor abstencionismo.    

El panista Anaya adelantó ya que buscará el “voto útil”, pues dijo el único que puede vencer a López Obrador. En el debate buscará convencer a los tomadores de esa decisión.

Como dato destacado, ayer los medios se hicieron eco de las declaraciones de Jorge Castañeda, asesor de estrategia de Ricardo Anaya, quien si bien reconoció el “error” del PRI y de Meade al enfocar sus baterías contra el frentista, no descartó un acercamiento y la búsqueda de “nuevas afinidades”. Si seguimos la argumentación del ex canciller de Vicente Fox, esas “afinidades” serían buscar frenar a AMLO.

¿Pueden los debates mover la aguja de las preferencias electorales? Una mirada al pasado. En el primer debate del 2012, se estima que la transmisión a nivel nacional cubrió una audiencia de unas 4 millones de personas en promedio (10.4 puntos del IBOPE). El mayor pico de público fue hacia el final de ese foro en el que participaron Enrique Peña Nieto, López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri. De acuerdo a reportes de los radiodifusores el mayor interés lo despertó la comparecencia de Felipe Calderón, López Obrador y Roberto Madrazo en el 2006.

Sin duda que las circunstancias han cambiado. Algunos guiones se repiten, como el llamado postdebate con encuestas sobre quién ganó o perdió el debate. Lo más relevante, me parece, es que para Meade y Anaya habrá un antes y un después. Será un domingo de definiciones.

AL MARGEN

INTERESANTE foro se realizó ayer promovido por la UJAT y el Colegio de Profesores-Investigadores Copuex, al que acudieron el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, así como Luis J. Molina Piñeiro, destacado catedrático universitario. Los ponentes coincidieron en la necesidad de fortalecer las instituciones por medios democráticos, pero también atender los faltantes en materia de rendición de cuentas y combate a la corrupción.

Dijo el gobernador Núñez es necesario seguir transitando hacia una mayor pluralidad y evitar retroceder al autoritarismo que marcó a nuestro país en los siglos XIX y XX.

Habrá oportunidad de revisar lo expuesto en ese foro. Sí podríamos adelantar que ante el próximo proceso electoral, las actuales campañas deberían abonar a tener un “día siguiente” sin sobresaltos. Esto es, contribuir a que gane quien gane tengamos condiciones de gobernabilidad. (vmsamano@yahoo.com.mx)