Antes como antes y ahora como ahora

De difícil respuesta cuando hay quienes añoran la manera como se hacían las cosas en el México de antes

¿Dónde inicia el combate eficaz contra la corrupción? Pregunta de difícil respuesta cuando a diario vemos que el lastre que mantuvo anclado a México en el muelle de las malas prácticas (políticas, empresariales, ciudadanas) no termina de soltarse, aferrándose tal clavo ardiente a nuestra vida diaria.

De difícil respuesta cuando hay quienes añoran la manera como se hacían las cosas en el México de antes; cuando hay quienes viven anclados en ese país corrupto que nos mantuvo en el subdesarrollo, al permitir quebrantar la ley a mordidas, a cañonazos, a base de influencias y del compadrazgo político-empresarial. Ese país donde los usufructuarios fueron los menos y los más fueron presa de un régimen corrupto. Un país con una disparidad abismal entre ricos y pobres.

“Antes como antes y ahora como ahora”, podría parecer una simple y llana frase sin sentido, mas no en este México donde las malas prácticas no terminan de irse y las buenas no acaban por llegar. Ese México que no termina de soltar sus cadenas, de liberar sus amarras.

¿De qué nos sirve estar en la cresta de la ola -cual barco- hacia una cuarta transformación, si no hemos logrado del todo hacer a un lado, desterrar por completo la corrupción, desmantelar al régimen corrupto, entiéndase por régimen los cotos de poder político o empresarial que mantienen enquistados sus modus operandi como una estructura delincuencial?

¿De qué nos sirve el “antes como antes y ahora como ahora”, si no rompemos el círculo vicioso de la corrupción que se inicia en cada campaña política, en los candidatos sin escrúpulos, en la compra de votos, en el mercantilismo electoral que utiliza a los ciudadanos como clientelas políticas, en el compadrazgo entre candidatos y empresarios que les lleva a realizar contratos fuera de la ley y la influencia del crimen organizado que compra conciencias para tener de lugarteniente al alcalde, diputado, o Gobernador? ¿De qué nos sirve el “antes como antes y ahora como ahora” si no soltamos las amarras de la corrupción?

México demanda candidatos con suficiente calidad moral para romper con ese círculo vicioso del mercantilismo electoral que lleva a la corrupción, pero más allá, demanda de gobiernos garantes de una campaña ejemplar, sin dados cargados, sin cartas marcadas, sin desvíos de recursos públicos federales, estatales o municipales hacia ningún partido político o candidato. Romper con ese círculo eterno que nos ha hecho (y nos sigue haciendo) mucho daño a través de los años.

Andrés Manuel López Obrador ha reiterado una y otra vez, muchas como candidato y ahora como Presidente de México, el daño a nuestra democracia por los fraudes electorales, la entrega de arroz con gorgojo a cambio de votos, el uso de dinero del presupuesto público y la injerencia de la delincuencia organizada en las campañas. Lo que hemos vivido en cada elección en el pasado no es asunto menor que deba soslayarse o pasarse por alto, se necesita asumir un compromiso sin titubeos o medias tintas para que por encima de todo y de todos, se consolide una auténtica, una verdadera democracia.

Asumo como propias las palabras de Adán Augusto López Hernández, Gobernador del estado y así deberían asumirlas todo aquel que reciba un sueldo de su empleador, el pueblo de Tabasco:

“Nosotros tenemos un compromiso con los tabasqueños, no lo tenemos con ningún partido político, ni con algún amigo que sea aspirante o que sea candidato. Por convicción, los exhorto a que actuemos con total imparcialidad y que se deje que los asuntos electorales los decidan los tabasqueños, que sean ellos quienes decidan quién debe representarlos en los cargos”.

Antes como antes y ahora como ahora.

La próxima edición de la revista “Punto Final” de la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica de Tabasco será a mediados de junio 2021, pasando las elecciones, atendiendo el ordenamiento legal que instruye a suspender la difusión de programas y/o acciones de gobierno. (Titular de la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica de Tabasco. Editorial Revista Punto Final)