Ayotzinapa, San Fernando, Guadalupe; México de los desaparecidos y clandestinos

Ayotzinapa, San Fernando, Guadalupe; México de los desparecidos y clandestinos

*Nos faltan 43 y más de 40 mil, una de las peores herencias

*Encinas: hipótesis riesgosa, supervivencia de los normalistas

*Cinco años y las incógnitas continúan; hay que correr el velo

 

EL 26 DE SEPTIEMBRE de 2014 México se cimbró por el secuestro desaparición de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; antes, en 2010 y 2011 nuestra capacidad de indignación había sido puesta a prueba por el hallazgo de dos fosas comunes con decenas de personas, sobre todo inmigrantes, asesinados. Primero 72 cuerpos hallados, después restos de 193.

El recuento resulta trágico e incompleto. Como el asesinato, sólo en 2010, de unas 3 mil 825 fueron asesinadas entre Ciudad Juárez y Guadalupe, en Chihuahua; este último poblado, uno de los más violentos del país, se quedó sin policía municipal porque o fueron asesinados o salieron huyendo.

México es un país de desaparecidos, más de 40 mil. Y de fosas comunes y clandestinas, más de 2 mil; tantas que ya no hay certeza de las cifras.

Los desaparecidos son “la peor herencia” que dejaron los gobiernos anteriores, sostuvo el presidente López Obrador quien anunció en junio pasado que puede  “gritar a los cuatro vientos que va a haber justicia”. Para las primeras acciones de búsqueda e identificación se destinaron 410 millones de pesos.

El caso más emblemático es el de los jóvenes de Ayotzinapa.  “Los cuarenta y tres estudiantes pueden estar en Guerrero. Estamos trabajando, hay nuevas pistas y declaraciones. Los vamos a encontrar,” dijo el Subsecretario de Gobernación de Derechos Humanos, Alejandro Encinas (conferencia en Palacio Nacional, septiembre 16). De este modo, hubo un vuelco en la información que circula sobre el caso, a 9 meses de las pesquisas del nuevo gobierno.

En la desaparición de 43 estudiantes normalistas, que el 26 de septiembre de 2014 cimbró a México, se entretejen interrogantes y lagunas ominosas. Desde el principio, la investigación judicial se desarrolló con tufo político. Se espera, por salud de la república, que no se continúe por ese camino: la politización de la justicia. Pero también se debe cortar la cadena de la impunidad en crímenes de lesa humanidad.

Una pregunta (que no se le hizo a Encinas) es crucial: ¿los 43 estudiantes están vivos, o sólo se localizarán sus cuerpos? La frase de Encinas es inquietante, porque “pueden estar en Guerrero” significaría a) encontrarlos vivos, lo que cinco años después de los hechos se antoja inverosímil e improbable, o b) encontrar sus cadáveres, si no fueron incinerados en el basurero de Cocula, según la autodenominada “verdad histórica” del ex procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quien se apresuró a declarar (entrevista con Carlos Marín, Milenio, septiembre 17): “estoy tranquilo, si se abre una investigación sobre mi actuación en el caso Ayotzinapa”.

LA ESPERANZA Y LO INHUMANO

LOS DELICADO de la información de Encinas, es que ofrece esperanza a los familiares de los estudiantes desaparecidos, donde quizás no puede haberla con certeza. Situación delicada y compleja, que el tiempo enreda. De acuerdo con los datos ofrecidos por Encinas, se han seguido más de 200 pistas que permiten plantear la hipótesis de supervivencia. ¿Esperanza desmesurada? Encinas se guardó los detalles que la SEGOB presentó a los padres de familia de Ayotzinapa y su representante legal. En el mejor de los casos, se trata de 41 supervivientes, pues 2 osamentas se identificaron en la Universidad de Insbruck, Austria, como pertenecientes a estudiantes desaparecidos (abril de 2015). ¿O Insbruck participó en imposturas? Encinas enfatizó: “se puede ver cómo hay aspectos que no se sostienen, de la mal llamada verdad histórica”, así que el debate está servido. Murillo Karam se defiende.

La incineración no ha sido desmentida. Tampoco ha sido comprobada, pues se encontraron 69 mil restos óseos en el río cercano al basurero de Cocula. Demasiada materia prima. Y recordemos que la investigación del grupo de expertos (GIEI/CIDH) enfatizó: “no puede probarse la incineración de 43 cuerpos en una sola noche, en el basurero de Cocula, como plantea la verdad histórica de la PGR”. Muchas interrogantes y datos contradictorios.

DIVIDIDO ENTRE DOS FIRMAS

COMO investigador coadyuvante Omar Gómez coadyuvante del GIEI/ CIDH le tocó firmar un documento que denunció la tortura a decenas de personas detenidas (“La paradoja del nuevo fiscal,” Carlos Puig, Milenio, septiembre 18). Ahora, cuando por esa misma razón el juez Ventura Ramos libera a 71 detenidos del caso Ayotzinapa, el fiscal Gómez se querella “con la liberalidad del juez”. Es asunto del que ya se quejó formalmente el Presidente de la República. Murillo Karam habló de 120 pruebas que presentaron en su momento para obtener 142 encarcelamientos. También se queja de las sentencias de Ventura. En eso se alinea con Gómez. ¿En dónde se alineará la verdad?

Se cumplen cinco años de una tragedia con características de “crimen de Estado”, o por lo menos protegido desde lo más alto del poder. Ahora desde la cúspide se anuncia decisión de justicia. Si ocurre, empezaremos a despejar las sombras de los más de 40 mil que nos faltan.

AL MARGEN

PRIMERO fue el embajador de EEUU en México, Christopher Landau; ayer el representante diplomático de la República Popular China en Zhu Qingqiao, vino a Tabasco para reunirse con el gobernador Adán Augusto. La semana próxima estará Lars Steen Nielsen, embajador de Dinamarca. Y siguen más. Ahora la clave está en los acuerdos.

(vmsamano@hotmail.com)