Bamba violenta, desde Veracruz para México

Bamba violenta, desde Veracruz para México

Quizá porque se acostumbraron –nos acostumbramos- a que el presidente Andrés Manuel López Obrador reaccione de inmediato a cualquier crítica, mensaje o acontecimiento, que los ex mandatarios panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, lo mismo que políticos de todos los colores y sabores, reclamaran no hacer referencia el mismo día del trágico suceso al ataque en un restaurante de Minatitlán que dejó 13 muertos.

Sus adversarios subrayaron que el primer trimestre de la administración de López Obrador ha sido el inicio más violento de los últimos sexenios. Hicieron sus cuentas: 8 mil 737 asesinados entre enero y marzo, casi 9 por ciento más que las víctimas del mismo periodo en el año anterior.

Cuando le preguntaron sobre los crímenes, precisamente en Veracruz, a donde acudió un día después para un acto oficial López Obrador respondió: “Sí, sí, estoy enterado”. Agregó: “Duele mucho enterarse y tener noticias como estos asesinatos viles de Minatitlán, todo esto es fruto podrido, todo esto que se heredó de la aplicación de una política económica antipopular y entreguista, lo único que les importaba era robar, saquear, no estaba hecho para servir al pueblo, estaba convertido en un facilitador para la corrupción. Todavía tenemos que enfrentar esa inercia, esa mala herencia, ese fruto podrido; el cochinero que nos dejaron. Pero vamos a limpiar al país, se va a acabar la corrupción y va haber justicia…”

El presidente se declaró optimista debido a que –dijo- cuenta “con el apoyo de las fuerzas armadas”, con cuyos elementos y dirección se integra la Guardia Nacional. También se dijo convencido que habrá un giro radical de defensa a las tareas de seguridad pública “con formación, con capacitación en el uso adecuado de la fuerza y sin violar los derechos humanos”.

Para López Obrador la posibilidad de contar legalmente con 230 mil elementos del Ejército -“que no hacía funciones porque estaban impedidos legalmente de seguridad pública” - y con más de 60 mil elementos de la Secretaría de Marina y con la Policía Federal, se logrará “cubrir todo el territorio”. La población estará protegida, ofreció.

Se puso un nuevo plazo: en seis meses conseguirá reducir la violencia. Sus cálculos se basan en que para entonces estarán en operación todos los programas sociales y “en la medida que se vayan consolidando” cambiarán las circunstancias y –reiteró- “se van a ir aislando los grupos de delincuentes, se van a quedar sin base social”.

En término de efectivos en el campo de operaciones, para una “primera etapa”, estarán 120 mil elementos de la nueva Guardia Nacional que se dedicará totalmente a las tareas de seguridad pública.

Hay expectación para conocer cómo se aplicarán las medidas anunciadas en relación a Minatitlán, Veracruz, y a todo el país, sobre todo porque afirmó que lo sucedido se debe al “contubernio entre delincuencia y autoridades”…pero en gobiernos anteriores.

Y precisamente a esos “gobiernos anteriores” –en referencia a Miguel Ángel Yunes-, les debe el actual mandatario veracruzano Cuitláhuac García, surgido de Morena, tener como fiscal (procurador) a Jorge Winckler a quien buscaron destituir a principios de año mediante dos juicios políticos.  En el Congreso veracruzano votaron a favor del abogado 20 diputados –entre ellos tres de los aliados de Morena y que están en las bancadas del PT, PES y una morenista. Ahora AMLO advierte que “hay que limpiar con eso y pintar la raya muy bien, muy clara la frontera entre autoridades y delincuencia”.

Publicó Salvador Vega en Reporte Índigo: “Los registros de incidencia delictiva oficiales revelan que en esta entidad (Veracruz) los delitos de alto impacto como los asesinatos, los secuestros o la desaparición de personas, son el pan de cada día para miles de ciudadanos. La violencia en ascenso se puede observar a partir de las últimas gestiones al frente del gobierno estatal”.

Refiere que la ola criminal comenzó desde hace unos quince años, por lo menos: “En el 2010, al término del gobierno del priista Fidel Herrera, la entidad cerró con 583 denuncias por asesinatos; para el 2016, cuando Javier Duarte pidió licencia para dejar el cargo, la cifra fue de mil 258 casos; más del doble. Después de que Flavino Ríos, exsecretario de Gobierno de Duarte, se quedara como gobernador interino durante las elecciones de 2016, el panista Miguel Ángel Yunes Linares ganó en los comicios y ocupó por dos años la gubernatura, pero tampoco pudo devolver la paz a Veracruz. Para 2017, primer año en funciones del panista, hubo mil 822 carpetas de investigación por homicidios dolosos, para el 2018 la cifra fue de mil 492”.

La situación no ha cambiado en los meses recientes de la administración de Cuitláhuac García. Tan solo entre enero y marzo de este año iban registradas 420 víctimas de homicidio en la entidad. Como se sabe, Veracruz es territorio de las tumbas clandestinas.

SUMAS Y RESTAS

El gobernador de Oaxaca, José Murat, anunció que refuerza su frontera con Veracruz para evitar el  “efecto cucaracha”. ¿Qué harán los otros gobiernos que colindan con el territorio jarocho? Como Tamaulipas –foco de violencia-, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, Chiapas…y Tabasco.