Yo te bendigo, vida (I)

SE VIVE SOLO en el día a día. Y más precisamente en los instantes que lo conforman

SE VIVE SOLO en el día a día. Y más precisamente en los instantes que lo conforman. Y allí sucede todo que bien puede mostrarse como una gama amplia de matices entre los extremos de lo bueno y lo malo. En un instante la vida, en otro la muerte. Y de ese tino del destino no escapamos. A veces cárcel el cuerpo, a veces la familia, a veces el Estado. A veces cielo, paz y armonía, y el amor ni se diga en el consuelo con la dicha, y con un abrazo fuerte la amistad, que nos ubica en el espacio correspondiente. Ni menos ni más.

QUE SI REÍ O LLORÉ, diría la canción, valoro lo vivido hasta este instante, ya se verá lo que venga en adelante, y valorarlo también, como ilusión del vivir. A veces me pongo pesimista y siento la nostalgia de marcharme, como una larga despedida, y en otras ocasiones, se siente que somos parte de lo eterno, sobre todo cuando la felicidad toca a la puerta, como ha tocado. Y nos asomamos por una rendija, para ver si es engaño, o realidad. Y le abrimos la puerta, con la sonrisa y el "pase usted".

SI ACASO TERMINÉ de leer cinco libros, entre los cerca de cien que empecé, y que de vez en cuando los busco y abro, para seguir avanzando, sea en uno u en otro. Como cien me han comido las termitas, de una plaga que hay en la casita. Y no las puedo acabar. Pero si me descuido, ellas sí acabarán con el papel comiendo poemas, cuentos, novelas, y con los textos de filosofía; a los de historia y ciencias no le entran, sepa Dios por qué.

QUE HICE POCO EJERCICIO físico, por causa de mi falta de constancia. No tengo justificación, más la flojera debo superar, no en que sea más, sino sea menos. A falta de ejercicio, se hace más lento uno, como que pesa más, y el peso hace caso y se acumula para dar veracidad a lo que dice la báscula. Cierto, me gusta caminar, y en el balance, por este año que se va, queda en negativo, número rojos, dirá el contador.

ME QUEDA LA ALEGRÍA y -por lo tanto- satisfacción, de haber escrito cada día, amor y melancolía, aún que lloviera o hiciera en extremo calor, entre 6 y 10 de la mañana, quedó a diario un texto de entre tres y cuatro cuartillas, con las limitaciones propias del oficio en uno, y de lo que uno imagina, o juega con las palabras, uno entre cien quedó mejor, y es ganancia.  Esos uno entre cien los iré sumando, para que aparezcan en libro, no por ego, sino para que quede algo cuando yo ya no esté en este plano, y alguien diga, lo conocí, lo traté, y esa vibración cósmica me llegue a donde se encuentre mi alma.

SI MAL HICE FUE inconsciente, cortar un fruto sin pedir permiso al árbol generoso, escarbar un hueco sin pedir permiso a la tierra, y cosas así por el estilo. Si hice bien, no lo aseguro, no me acuerdo qué, cuándo ni a quién. Sucede sí, a veces, cuando ando deambulando que alguien me saluda, o se me acerca otro alguien para decirme que tal fecha, en algún lugar nos conocimos, y que hice algo por él, y yo la verdad no me acuerdo, pero me da pena, y hago como que sí. Y a veces una mujer se me acerca para decirme que fuimos amigos, y yo le digo que lo seguimos siendo si quiere. Y le agrego que la amistad, y sin duda el amor, son los sentimientos que mueven al mundo en la parte humana, y que el odio también, pero en otro sentido, etcétera. 

MI BALANCE ES POSITIVO, entre colores y sinsabores, porque hay un equilibrio que me genera paz. Y le sigo mañana…