Bienvenido, amoroso abril (II)

CANCIONES Y POEMAS

UN CUBANO MELODIOSAMENTE poético, Silvio Rodríguez, nos pone en el oído la canción "Como esperando abril". Y nos sugiere que salgamos y miremos mucho más allá de la ventana. Porque la vida está bien en casa, como una caverna donde estamos protegidos, como el vientre de nuestra madre, de donde tenemos que salir para enfrentar la vida con sus realidades que es una y son tantas, en ella el gozo, la belleza, pero también la otra cara, la de las tristezas y pesadumbres. Por eso, podemos quedarnos dentro del confort de la casa, que hasta en la oscuridad podemos movernos, con los ojos cerrados o sin luz eléctrica. Pero la vida sucede afuera, más allá de la ventana, como esperando la vida en abril, y los meses que siguen sea con la misma actitud, de esperanza, luz y movimiento.

Y OTRO ESPAÑOL, de buena cata y voz de arena, Joan Manuel Serrat, nos dice que "Especialmente en abril" suceden cosas, como el amor, más que la amistad. Porque estuvo el invierno con su frío que cala en el alma, piel y corazón. Y sentimos todo acabado: los árboles sin hojas, el que crió cuervos, sin ojos. Como decir el amor se fue, el frío quedó e hizo nido. Pero llega marzo y especialmente abril, y entonces todo cambia. Llega carta de quien desde hace mil años esperas. Suena el teléfono rimbombante y es Dios o aquella que iba río abajo, o la que sonrió en el supermercado mostrando sonrisa de anuncio de dentífrico, o la que te guiñó cuando la oscuridad y dio cobijo tal que  parecía luz de luciérnaga, cuando la soledad era el abrigo del invierno total. Y entonces la vida miras distinto, porque es abril.

AH, PERO ESPERA, dice ufano y nostálgico Amaury Pérez, cantautor cubano, con su "Acuérdate de abril". Y hace repaso de otros abriles, cuando las manos hacían fiesta en la piel amada, perdón la imagen tan carnal, cuando la mirada se encontraba con la otra mirada amada. Cuando todo era esplendente en la luz de la felicidad, en ese despertar al amor entre dos, juvenil o en madurez, pero de raigambre eminentemente humana, en el que se vibra en el toque, se hace gala del goce, se juran eternidades en la cortedad del tiempo, y se escucha como verdad la mentira del amor por siempre. Así que no desfallezcas, quedan cenizas y una brasa quizá pequeña, que luego con el viento logra rehacer el fuego. Así nomás, acuérdate de abril.

Y MIRE ESTA BELLEZA sonora y rítmica para el público infantil, y para quienes tenemos orgullosamente el corazón de niño. Es del español Juan Ramón Jiménez ("sí, el de Platero y yo"):  "El chamariz en el chopo./ - ¿Y qué más?/ El chopo en el cielo azul./ - ¿Y qué más?/ El cielo azul en el agua/ - ¿Y qué más?/ El agua en la hojita nueva./ - ¿Y qué más?/ La hojita nueva en la rosa./ - ¿Y qué más?/La rosa en mi corazón./ - ¿Y qué más?/ ¡Mi corazón en el tuyo!"

DIVIÉRTETE, ABRIL, con nosotros, umbríos en pena, danos calor y motivos de risa. Te prometo hacer mi parte, buscando en un rincón, en un cajón o en un camino, lo que con razones válidas amaremos y amamos. Y sin razones, haciendo caso solo al corazón, también le entramos. Mientras tanto me asomo al conjunto de poemas que llevan el motivo de abril, tu motivo. Y hay entre tantos un archivo ya en la red de 14 poemas con la palabra abril. Uno de Bonifaz Ñuño, otro de Antonio Machado, de Juan Ramón Jiménez, del gran Rubén Darío y de otros más. Alégrame, abril, que aprendo. Nunca olvido el café.

Y EL GRAN BÉCQUER: Esperando la mano de nieve... " ¿En dónde? ¿En qué lugar/ secreto del invierno/ está oculto el botón/ mecánico, la rosa,/ el vals o la mujer que un dedo sin esfuerzo/ debería tocar/ para ponerte en marcha,/ automático abril/ de un año descompuesto?..." (fin)