Cambios en el gobierno y presupuesto…claves políticas inmediatas

Mucho se está hablando respecto a la más que probable remodelación del gobierno de Adán Augusto López Hernández

Mucho se está hablando respecto a la más que probable remodelación del gobierno de Adán Augusto López Hernández debido, principalmente, a que varios de sus funcionarios pretenden competir en las elecciones de 2021. El gobernador sabe que vienen tiempos aún más difíciles, si cabe, ya que la economía colapsará el año que viene en el que no nos desharemos de la pandemia. Por el contrario ya debemos dar por hecho que al menos hasta mayo de 2021 seguirán vigentes las restricciones. Tendremos que acostumbrarnos al calvario de las medidas de precaución durante muchos años. Los que se incorporen a la nueva hornada del gobierno morenista de AALH deben ser personas de miras amplias y saber que los programas neoliberales de la generación anterior han concentrado la riqueza y el poder en muchas menos manos, minando la democracia efectiva; sin embargo, también han suscitado oposición, aunque también en los centros del poder mundial. Aun así la austeridad no parece ser la solución. La Unión Europea (UE), uno de los avances más prometedores del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, se ha tambaleado a causa del nocivo efecto de la austeridad durante la recesión, condenada incluso por los economistas del Fondo Monetario Internacional (si bien no por los actores políticos del FMI). En lo político el gobernador no parece tener mayores amenazas enfrente ya que los partidos tradicionales rápidamente han ido perdiendo miembros por la derecha y por la izquierda y el supuesto desencanto general parece deberse más a un clima de impotencia y enfado al ver cómo el poder real para moldear la coyuntura ha pasado en buena parte a líderes políticos  que traen su historia y no están aprendiendo a gobernar. La creciente oposición morenista, y de nuestro gobernador, al asalto neoliberal subraya otro aspecto crucial de la convención general: invita a participar a los ciudadanos, que se niegan a aceptar el papel de espectadores (en vez del de participantes) que les asigna la teoría democrática liberal. Esta desobediencia siempre ha sido motivo de preocupación para las clases dominantes. Si nos ceñimos a la historia norteamericana, George Washington veía a la gente común que integraba las milicias que estaban bajo su mando como “personas excesivamente sucias y desagradables [que evidenciaban] una inexplicable estupidez entre su clase más baja”. A mi juicio el peligro que corre el gobierno de Tabasco es que surjan las comparaciones con otros gobiernos anteriores y que permitan decir con toda propiedad “todos son iguales”. Una característica común de las insurgencias victoriosas, recoge Polk, es que, una vez que se disuelve el apoyo popular tras el triunfo, los líderes suprimen a la “gente sucia y desagradable” que realmente ha ganado la guerra con tácticas de guerrilla y terror, por miedo a que cuestionen los privilegios de clase. El desprecio de las élites hacia “las clases más bajas” ha adoptado varias formas a lo largo de los años. Últimamente, una expresión de este desprecio es la llamada a la pasividad y obediencia (“moderación en democracia”) por parte de los internacionalistas liberales que reaccionan ante los peligrosos efectos democratizadores de los movimientos populares de la década de 1960. Habría mucho más que añadir, por supuesto, acerca de los factores que determinan la política estatal y que se dejan de lado cuando adoptamos la convención general de que los Estados petroleros como Tabasco, son los actores más perjudicados a la hora de la distribución del dinero público. Esa será la clave del futuro de MORENA en el estado. El presupuesto.