CARTAS DEL TRÓPICO

En unas semanas más le tocará al gobernador Arturo Núñez Jiménez entregar la estafeta al gobernador electo Adán Augusto López Hernández.

Con ello cerrará una de las administraciones más difíciles para la entidad. Al primer gobernador emanado de la izquierda le tocó navegar en medio de una de una crisis petrolera que afectó de forma severa a los estados de Tabasco y Campeche. Sin ignorar que recibió una administración caótica y sin recursos.

La situación que hoy resentimos los tabasqueños empezó a mediados del año 2014 con la caída del precio del petróleo. Paradójicamente unos meses atrás se había aprobado la reforma energética para que la renta petrolera siguiera apalancando el desarrollo del país, según se dijo.

Los primeros afectados por esta situación fueron los trabajadores de la industria extractiva del hidrocarburo. Se perdieron miles de empleos en la hoy empresa productiva del estado y de las empresas privadas que le trabajaban a la petrolera estatal. Los impactos se extendieron al resto de los sectores ante la reducción del flujo de efectivo.

La situación llevó a un incremento de la demandas de servicios públicos, principalmente educación y salud por aquellos que antes acudían a los servicios privados. El gobierno del estado tenía que atender a más usuarios con los mismos recursos. Los resultados están hoy a la vista.

El gobierno anunció que se solidarizaba con los dos estados afectados con la crisis del petróleo: Tabasco y Campeche. Sin embargo, su programa de reactivación económica no fue suficiente y el segundo intento ni siquiera se concretó ante la crisis presupuestal.

La situación no es exclusiva del gobierno estatal. Organismos autónomos como la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco también sufren las consecuencias de las restricciones económicas que hoy vive nuestro país, junto a otros factores que habrá que esclarecer.

Cientos de trabajadores se han lanzado a la calle para exigir el pago de sus salarios y prestaciones a tiempo. Incluso ya hay manifestaciones para exigir el pago en tiempo de sus aguinaldos. Se están adelantando a los hechos.

El gobernador ha salido a atajar estas inconformidades. El gobierno del estado cumplirá con sus obligaciones laborales de fin de año les ha dicho el ejecutivo estatal.

Para aquellos que especulan sobre el mal uso de recursos también hubo respuestas: Puede haber errores, pero no corrupción, les dijo Arturo Núñez. Los resultados de las revisiones por los contrapesos institucionales lo confirman hasta ahora. Voces autorizadas afirman que no habrá escándalos más que los mediáticos.

Consciente de sus responsabilidades con la clase trabajadora del estado, Núñez Jiménez ha hecho uso de sus relaciones institucionalidad con la federación para obtener un apoyo extraordinario de fin de sexenio. Un mecanismo del que han hecho uso otros gobiernos en los cierres administrativos.

Desde el último informe se hizo público que la Federación está dispuesta a apoyar a la administración estatal que pronto terminará y aprobó un desembolso de recursos extraordinarios, con los que cumplirán todas las obligaciones que la administración estatal tiene con sus trabajadores. Es algo que se viene haciendo desde hace muchos años con todos los estados pero que ahora se había atrasado.

El apoyo federal será concretado por Andrés Manuel López Obrador ya como presidente de México por lo que es un hecho el último impulso a la administración estatal para que llegue de la mejor manera a su término.

Adán Augusto López Hernández podrá iniciar su administración sin contratiempos y enfocarse en el cumplimiento de los objetivos de gobierno de la cuarta transformación en Tabasco.

El gobernador electo ha sido informado de la situación estatal y de las limitantes económicas en el proceso de entrega recepción que se ha realizado en total armonía. 

El buen término de la administración nuñista está asegurada. Aunque el gobierno entrante deberá atender también un déficit acumulado por la crisis de la debacle petrolera. Se requiere la responsabilidad y colaboración de todos.