Catalunya y Tabasco: Cuando un pueblo se divide

Catalunya y Tabasco: Cuando un pueblo se divide

Lo que está pasando en un pedazo entrañable de España, en Catalunya, en el que de repente han salido todos los demonios contenidos durante siglos, por lo que la mitad de los catalanes piden la independencia y la otra mitad quiere seguir con la formula de Autonomía con amplias competencias, nos debería poner a pensar en las temibles consecuencias que tiene cuando un pueblo se divide.  En dos bandos, casi exactos, como aquí en Tabasco, y que construyen cada uno por su lado el odio y se aseguran la imposibilidad de reconciliarse durante décadas. Salvando las distancias, pero en Tabasco padecemos una situación sino similar, si que guarda varias de las características que han provocado ese desencuentro del pueblo catalán consigo mismo. En nuestro estado, después de muchos años de gobiernos priistas llegó el PRD con la alternancia deseada por una amplia mayoría, y aún así no hemos conseguido el entendimiento necesario entre familias y amigos que discrepan en sus opiniones y opciones políticas, con algo más que enjundia y entusiasmo y, a veces, con mucha frecuencia, asoma la violencia y con ella el desencanto de la sociedad en la que vivimos. Las señales negativas que está situación nos pone delante de nuestros ojos son muchas y vienen de todos los frentes: el político, el social y el económico y aún así, azuzados por nuestros líderes,  seguimos con nuestros comportamientos, excluyentes del contrario, negando el dialogo constructivo, fomentando la descalificación del adversario, al que tratamos como enemigo, tenga o no razón aunque sea en alguno de sus argumentos, con una absoluta irresponsabilidad que nos mantiene en los últimos lugares de crecimiento y con un desempleo que se dispara día a día. En ese contexto están creciendo nuestros hijos e hijas que ven y aprenden de los errores de sus padres y de ahí, de ese sembradío, vendrán tiempos aciagos para el futuro de nuestro pueblo. Que haya quienes, a sabiendas de los enormes daños para las personas, los bienes y las instituciones tiene la negación de la democracia a cambio de satisfacer sus ambiciones personales, muestra hasta qué punto la política está hoy en manos de unos líderes tan mesiánicos e inmorales que están dispuestos a sacrificar a Tabasco antes que a certificar el fracaso y ruina de su proyecto.