El centralismo, la falta de planeación y ausencia de memoria

Después de hacer un repaso histórico de lo que denominamos Modelo Imperial (centralista y autoritario)

Después de hacer un repaso histórico de lo que denominamos Modelo Imperial (centralista y autoritario) y Modelo democrático (descentralizado y participativo) revisamos una serie de propuestas para avanzar hacia un gobierno más eficiente y que sirva verdaderamente al pueblo. 

Mencioné en la anterior colaboración uno de los obstáculos y absurdos que debe enfrentar los estados del país en materia de recursos públicos, concentrados en el Gobierno Federal, lo que forma parte de nuestro federalismo manco y tullido; con una restricción, anti democrática y por ende anti-eficiente. Ocurre de manera notable cuando deben atenderse las inundaciones: dependemos de una Ley de Aguas Nacionales fue elaborada para un país considerado árido, sin detallar las excepciones del otro extremo húmedo. 

De la misma manera, los recursos provienen del Gobierno Federal realmente cuando quiere enviarlos a los estados y municipios. Ahora bien, en la región húmeda de Tabasco y a su región vecinal de los estados de Veracruz, Chiapas y Campeche, existen dos períodos naturales muy claros: uno de lluvias que se podría usar para la planeación; y otro de secas que se podría usar para construir las obras ya planeadas. 

El primer período abarca el segundo semestre del año y el segundo período al primer semestre. Ahora, considera usted, querido lector, un país que funciona financieramente exactamente opuesto a la naturaleza: los recursos “bajan” del Altiplano en el segundo semestre, cuando la construcción es difícil y casi imposible, ya que el agua impide la obra, pero en el ámbito político es cuando más redituable resulta para los políticos, al presentar sus “informes” de cierre de año. Todo lo que no se hizo ni se planeó durante el primer semestre del año, en los últimos meses deben hacerlo a tambor batiente para justificar el gasto y el desperdicio de los recursos públicos. 

Digo lo anterior con base en mi experiencia propia como constructor de la planta de tratamiento de aguas residuales, mediante pantanos artificiales en Macultepec, en las afueras de Villahermosa. A pesar de mis mejores esfuerzos (y los de los funcionarios estatales también), la obra fue liberada “por México” para construcción a fines de agosto de 2004. Pude disfrutar de unas tres semanas de intensa construcción de terracerías para las bases de las celdas de los futuros pantanos artificiales. Un gran aguacero por el día 15 de septiembre me dejó con el rostro triste y preocupado. Pudimos regresar a una obra “aguada” a finales del mes de enero de 2005. Ya pude construir continuamente y sin temores hasta la conclusión de la obra en la temporada de secas. 

Pero gracias a la inteligencia estatal, me habían marcado un cajón excepcional: los recursos no ejercidos afortunadamente no se regresaban a México. De otra manera, tendría que esperar la nueva gestión del año siguiente y la radicación de esos recursos, ¡probablemente de nuevo en el período de lluvias! ¡Qué fastidio! Y también ¡Qué caro e ineficiente!

IMPLEMENTAR LA SOLUCIÓN

Otra de las medidas necesarias como “Marcar la ruta crítica”, “Jerarquizar por criterios de racionalidad”, “encontrar soluciones viables” –que ya hemos mencionado en colaboraciones anteriores-, es también  IMPLEMENTAR LA SOLUCIÓN. Suena fácil esto. Pero en nuestro país, no existen los criterios necesarios para una buena implementación de cualquier proyecto. Esto se debe a que en el Modelo Imperial no se requiere de la memoria del pasado, y por lo tanto los registros estorban a la libre operación del gobernante y sus funcionarios para perseguir sus intereses personales dentro de un esquema personalista: “ésta es obra del jefe” se escucha con frecuencia como corresponde a las reglas del modelo. 

Por la ausencia de registros elaborados del pasado, no existe una consulta detallada de nuestra propia memoria colectiva, borrada para tener al gobernante y muchas veces a sus propios funcionarios sin memoria, repitiéndose alegremente los errores del pasado. Quien no conoce su historia está condenado a repetirla. 

Así, he tenido la oportunidad, aun bajo condiciones esencialmente imperiales, de elaborar Manuales de Organización y Procedimientos y Guías de Trámites Ciudadanos que establecen al mismo gobernante y también al ciudadano en detalle y con fuerza legal y política qué hace cada uno de los funcionarios del gobierno, cómo lo hace, cuándo lo hace, etc., y qué derechos y obligaciones por cada trámite tiene el ciudadano. 

En el Modelo Imperial, el momento del cambio de una administración a otra es el momento propicio de tirar lo avanzado fuera de la ventana más cercana y comenzar de nuevo desde cero, con el propósito de no tener estorbos al saqueo de los recursos públicos. Pero este método primitivo no permite que buenas soluciones se encuentren y luego se implementen. Nuestro sufrido pueblo está repleto, en cada esquina de nuestra inmensa nación, de estos ejemplos. .  (EL AUTOR ES DOCTORADO EN ECONOMÍA POR LA  UNIVERSIDAD DE PENNSYLVANIA, 1971. COLABORADOR DE DIARIO PRESENTE * Centro de Estudios e Investigación del Sureste AC)