Ciro y la memoria contra los mezquinos

Parece que no podemos abdicar de esa execrable manía de tirarnos a los muertos a la cabeza, por más que cada uno de ellos tiene nombre y apellidos, y una historia, y familia

Parece que no podemos abdicar de esa execrable manía de tirarnos a los muertos a la cabeza, por más que cada uno de ellos tiene nombre y apellidos, y una historia, y familia y debíamos de permitir que conservaran su dignidad. Viene esto a cuento por la polémica que ha desatado el periodista Ciro Gómez Leyva con su denuncia de un caso terrible de un trabajador de Pemex que no fue atendido de posible Covid 19, en el hospital de la empresa en Tabasco, y que por ello falleció en un terrible episodio que hoy los políticos despreciables en turno tratan de aprovechar para abrevar en el caladero de votos que consideran que pueden recuperar con ese tipo de prácticas tóxicas arrojándoselos al Gobernador, Adán Augusto López. La familia de José decidió llevarle al hospital cuando este comenzó a sentirse muy mal, Tanto que les aseguraba que la vida se le estaba acabando como en efecto así fue. Llegaron al hospital de Pemex, en Villahermosa, en su coche particular, no en una ambulancia, donde se les atendió correctamente pero indicándoles que en ese momento no había espacio para internar al enfermo porque estaban saturados. Y esperaron a que se pudieran dar otras circunstancias y quedará algún lugar libre a como les dijeron que podía ocurrir aunque sin asegurarles nada, como se puede comprobar en el video que Gómez Leyva dio a conocer como prueba y soporte de la denuncia. No vieron la posibilidad de ingresar al enfermo en el Juan Graham o en otro nosocomio, en los que si había lugares disponibles: Solo esperaron que la suerte les sonriera. Y la muerte se lleva a José. Alguien grabó estos hechos y llegaron a manos de Ciro Gómez, más necesitado que nunca de relatos que le sirvan para seguir atacando al Presidente AMLO, y a todo lo que le sea cercano, y nadie mejor que el gobernador de Tabasco, el amigo del mandatario. Ciro convierte este lamentable hecho de la muerte de José en una denuncia a todos los hospitales de Tabasco y asegura, generalizando en forma evidentemente injusta, que estamos rebasados en los centros de atención de Covid 19, y el Gobernador pone las cosas en su sitio demostrando que eso es falso y que la capacidad de nuestro sistema se encuentra con un margen del 25 por ciento y que camas había, y hay, para atender a los contagiados. Lo que no hay, por más que se empeñen los agoreros del desastre, es saturación. AALH, con datos y cifras rebate el discurso del caos y puso en evidencia que desde hace meses nos hemos preparado para la pandemia y que por ello se está afrontando con mucha solidez sus terribles efectos y que en fin el lamentable caso de don José es una penosa excepción en un escenario controlado de la enfermedad. Pero los demonios están sueltos y se ha pretendido de forma criminal hacernos ver que en Tabasco vivimos en la selva y que no tenemos los medios materiales ni humanos para atender este mal que a todo el planeta afecta. Es exactamente lo contrario. Somos un ejemplo en toda la República, aunque por nuestras características estamos siendo atacados por el CORONAVIRUS de forma implacable. Los que piensen que este tipo de ataques políticos reditúan en votos no tienen ni idea de estrategia y táctica ya que es precisamente esta forma de buscar debilitar al adversario la que rechazan los ciudadanos que cuando vayan a votar no olvidarán a los mezquinos.