Colaboración invitada

Educación. Una asignatura pendiente

“La infancia es el momento en el que gran parte de nuestra vida adulta se prefigura.”

Boris Cyrulnik, neurólogo.

Nuestros problemas sociales no son irresolubles, sin embargo, permanecen y seguirán permaneciendo; no es pesimismo, es realidad. Esos problemas y sus ominosas aristas persistirán porque son la expresión de la verdadera condición del ser humano. No obstante, perseguir el ideal de una sociedad justa con todos y en todos los sentidos, aunque inalcanzable, es lo mejor y quizás una de las únicas premisas que debemos mantener.

Ignorar el carácter multidimensional de las desigualdades sociales es un error; pretender que la voluntad de un Gobierno es suficiente para lograr cambios es infantil; exigir sin hacer lo mínimo en lo individual o colectivo para cambiar al menos el entorno personal, es un tanto cínico; y peor aún desconocer a voluntad los aciertos.

“Un dólar invertido en la primera infancia tiene una recuperación de 7 dólares, porque evitas problemas de deserción escolar, delincuencia, salud mental, salud física. Esta es la razón por la cual invertir en primera infancia tiene tal importancia, y tristemente nuestras inversiones políticas van en otro sentido”.

                 

Ana Serrano, especialista en Desarrollo de Primera Infancia.

Los primeros cinco años de vida de cualquier persona son los cimientos sobre los que descansarán todos los pisos que se pretendan construir, si los cimientos son sólidos la construcción completa lo será.

Ningún gobierno en el mundo es omnisciente, no sabe todo; menos omnipresente, claramente no puede estar en todo; y mucho menos omnipotente, no puede con todo. Sin embargo, un gobierno responsable considera su condición presente como el resultado de su pasado y toma decisiones encaminadas a intervenir previamente en su futuro, evitando errores del pasado y asumiendo de forma valiente el costo de esas decisiones.

El informe del Foro Económico Mundial publicado en 2020 para el año 2025, pueden perderse 85 millones de empleos debido a la emergente división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos, sin embargo, es posible que surjan 97 millones de empleos más que se adapten mejor a la nueva dinámica.

Esa nueva dinámica implica -según el informe- 10 habilidades prominentes para el año 2025, entre las que se encuentran creatividad, liderazgo y flexibilidad, conocidas como habilidades blandas. Idealmente esas habilidades blandas deben desarrollarse temprano, durante la educación básica, fortalecerse en educación media y superior, y de forma permanente en la adultez. Esto permitirá una mejor adaptación a futuros trabajos y mejorará sustancialmente la calidad de vida en todas sus etapas.

En contraste, datos publicados por el INEGI en el último Censo y Conteo de Población y Vivienda 2020, el porcentaje de población de 15 años y más según nivel educativo desciende conforme pasamos de la educación básica con 49.3%; media superior con 24%; y, superior con 21.6%; por otro lado, en cuanto al porcentaje de población que asiste a la escuela por grupo de edad, se observa un 90% de 12 a 14 años de edad, sin embargo, de 15 a 24 años cae literalmente hasta un 45.3%. Datos proporcionados por la SEP muestran que la tasa de matriculación desciende considerablemente de casi un 98% a 76% de un nivel a otro; y, que la eficiencia terminal en media superior es poco arriba del 55%.

Para la ONU garantizar una educación de calidad para todos es la base de una serie de impulsores fundamentales para el desarrollo, concretamente movilidad social.

En abril de 2008 en una entrevista televisiva a Bill Gates su entrevistador fuera de cámaras le preguntó qué opinaba sobre la creencia difundida en varios países latinoamericanos de que “nuestras universidades son excelentes” y con asombro respondió con una carcajada diciendo “¿estás bromeando?”. Las visiones triunfalistas no garantizan competitividad y menos aseguran estar preparados para participar activamente en el concierto global. Los Tratados de Libre Comercio no son la panacea.

Mejorar la educación es la ruta para la autorrealización individual y colectiva, forma identidad, genera expectativas de desarrollo y crecimiento en las familias y de quienes las integran, propicia confianza y sienta las bases de una sociedad justa en constante transformación, teniendo los fundamentos para adaptarse de forma sencilla a los cambios que impone la globalidad y el futuro del mercado laboral. (El autor es docente e investigador de la Universidad Olmeca. Se integra a la planta de colaboradores de Diario PRESENTE)