COLABORACIÓN INVITADA

LA DESAPARICIÓN DEL INALI

La desaparición inminente del Inali era bola cantada, como se dice en una expresión muy propia en el lenguaje del beisbol. Sí, a principios del año pasado la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, seguramente por instrucciones del Peje, envió a la Cámara de Diputados una brillante iniciativa de ley en la que principalmente ordenaba se fusiona del Inali al Inpi. Sí, al inpi con minúsculas. Todavía ayer, en las "benditas redes" sociales, un ingenuo poeta totonaco hacía sus propuestas, al citar algunos nombres, de quién pudiera ser su próximo director(a). La razón de la fusión es nadamás, ni nada menos que la necesaria aplicación de la política de austeridad. A decir por los sabihondos que asesoran al poderoso de turno que despacha en Palacio Naciona, no es indispensable cómo venía operando el Inali. Se creó, vamos a omitir el año, con la finalidad de revitalizar las 68 lenguas indígenas que aún se mantienen vivas en México. Era, y es, un sentido deseo y reclamo de apoyo  de quienes vemos su uso.

Todavía percibo el olor del copal, y aún escucho las rogativas de nuestros hermanos indígenas, esa tarde en la que en un ritual "sagrado" se le entregaría al Presidente de la República, el "Bastón de mando", un rito ancestral, heredado de nuestros antepasados, que contiene una alta significación espiritual. En la tarima o templete principal veo que están, sin faltar, los "intelectuales indígenas": los de siempre. Abajo estaba el pueblo, aunque, esta vez, se nos dijo y se nos repitió hasta el cansancio, que este gobierno es el "pueblo al poder".

II

Llega el Presidente de la República al lugar "sagrado". Enseguida, y sin más preámbulos, lo sahuman y lo bendicen en esas lenguas que han sobrevivido a diferentes políticas que pretendieron extinguirlas, pero que no pudieron porque hemos sido tercos en hablarlas y mantenerlas vivas. Un poco más allá del templete el olor del copal se extiende y obnubila a la gente que está en el Zócalo. Arriba, el nuevo Tlatoani percibe la presencia de los dioses ancestrales y, seguramente, siente el fluido divino de ellos. Así han sido todos los que han sido los nuevos Tlatoanis. Se sienten dioses, pero no son dioses.

III

Sigo escuchando las rogativas en indistintas lenguas. Y, una vez que termina la entrega del "Bastón de mando" al nuevo Tlatoani, se oye una larga ovación. Momentos después, se nos promete  de todo.  Y nosotros --los presentes--, ayer como hoy, volvemos a creer que Quetzacóatl, en la persona de Lopez Obrador, ha vuelto después de siglos de su ausencia Mesoamerica.

No vamos a negar que el Presidente no haya apoyado con políticas públicas a las comunidades indígenas. No somos ciegos. En muchas comunidades han llegado beneficios de la 4ta Transformación. En Oaxaca, las carreteras hechas de manera solidaria, son evidencia del apoyo del Presidente a comunidades en donde viven descendientes de pueblos indígenas. Ni que decir de los yaquis que el Presidente los ha ayudado a recuperar sus tierras. Hay otros ejemplos de esa solidaridad del nuevo Tlatoani, nacido en Tabasco, para con los pueblos originarios.

IV

Pero la amenaza del año pasado hoy dio puntual cumplimiento. Sí,  hoy en la Gaceta de la Cámara de Diputados se nos informa de la fusión del Inali, institución creada a partir de la aprobación de la Ley General de los Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas. Pero, ¿qué representan nuestras lenguas indígenas para este gobierno de la 4ta Transformación? No mucho. Les importa un bledo. Simplemente no les interesa. Y es que, permítaseme recordar, que es en las comunidades monolingües y bilingües del país en donde viven esos del slogan "primeros los pobres". A esos, pobres, -en su mayoría campesinos de temporal- que mal viven en los lugares más apartados del país, se les abandona a su suerte en materia lingüística. Seguramente, con el paso de los años, éstos emigrarán a las grandes o medianas ciudades a trabajar en cualquier actividad -‐hoy los vemos en la Ciudad de México-- y olvidarán la esencia de su ser y de su espíritu: la lengua originaria que hablan. Y es posible que pronto, en algún local que alquile el inpi, al actual titular de esa institución le corresponda escribir el epitafio del Inali.

Y, en aras de esa racionalidad, no dudo que lo harán.

"2023 Año de la desaparición del Inali". Calkiní,  Campeche,  18 de abril de 2023  (* Jorge Miguel Cocom Pech es un escritor, poeta, ensayista, narrador y traductor, hablante de la lengua maya yucateca, su lengua materna)