Comentarios tendenciosos

Tomado como referencia el conflicto social que vive Turquía

Tomado como referencia el conflicto social que vive Turquía, el irreverente periodista Carlos Loret de Mola se pregunta: ¿Qué pasa cuando la política económica, la monetaria, el manejo de las tasas de interés y el control de la inflación de un país entero dependen de la decisión de un solo hombre? Normalmente, el desastre.

Las políticas hasta ahora instrumentadas por el gobierno mexicano, para atender la economía, no dependen de su decisión única. El presidente es el responsable de conducir los destinos de la nación, se apoya en expertos, científicos y técnicos de las diferentes ramas de la estructura económica y política nacional. Muchas decisiones que pasan por sus manos están influenciadas por circunstancias de los mercados, así como de las cámaras del Poder Legislativo.  

En los acuerdos firmados, y factores diversos que inciden y entrelazan con nuestro país: los precios del petróleo, la pandemia, la especulación financiera de los grandes bancos, la escases de insumos por carencias o especulación de los productores, el clima y muchos otros. México tiene un gobernante elegido por el pueblo, nuestro país vive un cambio de paradigma, y de ser gobernado por un partido único en  más de setenta y cinco años, ahora es conducido por un líder que ha dado muestras de tener carácter, fortaleza moral y deseos de ser diferente a quienes lo antecedieron.         

Pero el periodista continúa diciendo, “los inversionistas en el mundo suelen observar dos cosas: la independencia de los bancos centrales (responsables de mantener el control de la inflación y establecer las tasas de interés) y la capacidad de los ministerios de finanzas (que definen las políticas económica y fiscal, y el balance de ingresos contra egresos) de decir “no” a las barbaridades que se le puedan ocurrir al jefe de Estado”.

Comento: el Banco de México en el país ha sido tan “independiente” que al parecer responde a intereses ajenos al de la nación, en los dos últimos años no ha entregado remanentes a las arcas del país, por la política de financiamiento y saneamiento a PEMEX, instrumentadas por el gobierno de AMLO, lo que ha incomodado a los especuladores que sangraban este importante sector estratégico de la economía, y que de a poco estaba siendo entregado al extranjero. Es lo que tiene molestos a los adversarios del presidente mexicano.

El arribo de una mujer a la dirección del Banco de México, leal a los intereses del país, sin compromisos con los especuladores, hace que se tiren al suelo y hagan rabietas. Esto dará oportunidad al gobierno de continuar fortaleciendo las políticas de saneamiento a la paraestatal, poner un alto a la especulación financiera, la compraventa de materia prima y el consumo de hidrocarburos de las refinerías gringas; el control en el precio del combustible dentro del país, reducir la ordeña de ductos, y recuperar el control de este bien estratégico. Evitar que ya no puedan en algún momento presionar las políticas de un mandatario nacionalista.       

En sus conclusiones del personaje que cito, dice: “una forma de resumir lo ocurrido es que Erdogan (presidente de Turquía) fue aniquilando la independencia de los órganos e instituciones que garantizan decisiones técnicas, basadas en información y mediciones imparciales, y se rodeó de “floreros” intercambiables en los puestos de decisión”.

Las diferencias que hay entre México y Turquía, para contextualizar bien el análisis de Loret, es que el presidente de aquel país tiene 18 años en el poder, Andrés Manuel lleva tres de seis que dura el mandato; el nombramiento de los poderes y funcionarios de alto rango tienen procedimiento basado en la ley, muchos de los actuales fueron nombrados por los gobiernos anteriores y no pueden ser removidos a no ser que violenten las normas que regulan sus funciones o cumplan sus periodos de gestión.

Me parece que hay tipos de opiniones o argumentos tendenciosos. Insisto: tanto México como Turquía tienen gobiernos que se rigen en marcos normativos propios y muy diferentes.