¿Cómo el ave fénix?

¿Cómo el ave fénix?

¿Cómo el ave fénix?

Se debe ser claro, a ya casi una década la famosa “reingeniería” del transporte público en la entidad se gestó sin una hoja de ruta sólida y más aún sin que se buscará de una vez por todas acabar con el uso, goce y disfrute corporativista y clientelar, donde los concesionarios siempre arriesgan poco y una vez que el negocio no sale como se debe, el gobierno tiene que salir en su rescate, y en ese inter funcionarios rapaces han aprovechado para emerger como portentosos empresarios del transporte, de eso hay harta evidencia.

En el sexenio anterior se gritó a los cuatro vientos que la gran obra y legado de esa gestión seria la modernización del transporte público colectivo; los camiones “modernos” que en ese entonces se acusó eran no de última generación, inundaron las calles y avenidas (muchas de ellas no preparadas en diseño, medidas y calidad de material para soportar el tránsito de tan pesadas unidades) y la gran novedad era que contaban con aire acondicionado, porque el esquema de cobro y más aún la transparencia del manejo de lo recaudado paso a ultimo termino y, por ende las bolsas de unos cuantos se llenaron en detrimento del interés colectivo y de la necesidad de movilidad de miles de tabasqueños. Eso sí, varios de los gurús del mentado plan, hoy fustigan y critican a ultranza pretendiendo eludir su responsabilidad en este tema, hoy las evidencias demuestran que la planeación al parecer fue sobre las rodillas.

Hoy el sistema Transbus y Transmetropolitano está quebrado y literal y formalmente en cenizas; lo peor de todo es que no hay ni un solo responsable, imputado o procesado por la alevosa ruina de un servicio concesionado que ha chupado como esponja miles de pesos del erario público.

La ciudadanía desconfiada e irritada como la han vuelto, no concibe que no se tenga claridad de ¿quién es la mano que prende la mecha? para que más de medio centenar de unidades motrices y en tres momentos distintos queden reducidas a esqueletos inservibles, un casualidad muy burda y hasta risible.

Lo único claro al momento es que la fallida modernización de antaño fue una cortina de humo para perpetrar jugosos negocios, y que tampoco fue posible en este sexenio plantear, acordar y echar a andar el nuevo modelo de negocio para rescatar de las ruinas al transporte público, un pendiente lamentable.

Sin duda el tema del transporte concesionado será uno más de los retos que el que resulte gobernador electo, tendrá que abordar y resolver en la inmediatez. Sera que el transporte público de Tabasco como el Ave Fénix, ¿resurja de las cenizas?

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