De acuerdo a la ley, para la contratación de deuda pública federal se establecen tres condiciones: cuidar que los recursos se destinen a acciones que apoyen los planes de desarrollo económico y social; que generen ingresos para su pago; o que se utilicen para el mejoramiento de la estructura del endeudamiento público.

Me referí ya a la primera opción que no establece propiamente un criterio financiero. 

En la segunda opción, es necesaria generar ingresos para el pago de la deuda promovida. Observe que no hay una relación entre esos ingresos generados y los compromisos y costos del endeudamiento. Se pudiera generar un centavo para cada millón de pesos de endeudamiento, y se cumpliría plenamente con la segunda opción. Otra vez, la vara para establecer una mínima calidad financiera al proyecto para endeudar al público realmente no existe, o si existe está ubicada sobre el piso. Así, esta segunda opción como existe tampoco agrega calidad al proyecto de endeudamiento federal.

Una vara un poco más estricta, pero todavía muy baja, pudiera decir que cuando menos la mitad (o el 80%, etc.) del costo total de financiamiento de la deuda propuesta sea cubierta mediante ingresos provenientes directamente del proyecto financiado mediante esa contratación de deuda. Esta vara iría introduciendo el criterio de productividad (financiera y fiscal) en las contrataciones de deuda, y una parte creciente de la deuda sería autofinanciable. También, la propuesta tiene el mérito de clasificar a la deuda existente por su grado de productividad financiera, y desde luego sería prioridad ir eliminando a la deuda de mayor improductividad.

La tercera opción simplemente permite el mejoramiento de la deuda ya contratada, mediante su recontratación, casi un asunto evidente y obligatorio. Si se puede mejorar el perfil de la deuda, ¿por qué no?

CRITERIOS INSUFICIENTES

La Fracción V (Ley Federal de Deuda Pública) establece las condiciones para la contratación de Deuda Externa por parte del Gobierno Federal y sus organismos. Aquí, hay nuevas reglas referidas a la realización de proyectos de inversión o actividades productivas. La introducción de este requerimiento es positiva. A mi criterio es necesario, pero no suficiente, para guiar el país hacia una Deuda Productiva. Se complementa este requerimiento con la frase “que generen los recursos suficientes” para el pago del crédito. Sin embargo, la generación de los recursos referidos pudiera ser directamente proveniente del proyecto que recibe los recursos contratados, o indirectamente, mediante su carga sobre la totalidad de los recursos del ente contratante. Y esta separación es crítica para otorgar claridad al Endeudamiento Público.

Por ejemplo, si PEMEX decidiera contratar un recurso para explotar un campo de gas, y la deuda promovida se planea de tal manera que los ingresos provenientes de ese proyecto sean asignados primero al pago de la deuda, y luego, lo que sobra (o falta), en su caso, se agregaría (o se restaría) a la cuenta general de Ingresos de PEMEX, entonces se vincularía el endeudamiento con su productividad directamente. Pero si el costo de esa deuda se paga de los Ingresos Totales de PEMEX, entonces no existe esa vinculación directa, proyecto por proyecto, y contratación por contratación, sino indirectamente, y se revuelven buenos proyectos y contrataciones con los malos o fallidos. También se abre la puerta grande a las transas financieras.

Esta separación contable es crítica para que el mismo PEMEX, y desde luego el Gobierno y Pueblo de México, sepan cuales contrataciones y proyectos han sido funcionales y cuáles no. Además, permite poner a todo el problema de Endeudamiento en un solo lugar con los datos requeridos para su buena administración financiera. No se pretende alterar los términos de contratación, sino la contabilidad interna de PEMEX para no revolver a todas sus contrataciones, sino señalar la calidad de cada una con los recursos sobrantes o faltantes, desde el inicio de su contratación y hasta el último reporte. Requiere de PEMEX un costeo por proyecto que permite saber con claridad la productividad de su deuda ya contratada, y desde luego, también por contratarse. Nos dejaría ver cuáles fueron sus mejores contrataciones y cuales sus peores. Agrega luz sobre el problema. (El autor es Doctorado en Economía por la  Universidad de Pennsylvania, 1971. Colaborador de Diario Presente entre otros medios)