Confinamiento: no todo está perdido; la cultura, libertad para crear

Somos testigos de algo histórico

La lectura es una buena vacuna contra esta crisis que se vive ante lo cultural y educativo. Quizás sea la única donde no dé a las personas reacciones adversas sino al contrario.

Hoy todo se ve como un rompecabezas. A la distancia. Aunque en casa, muchos artistas de las distintas disciplinas aprovecharon para crear, y están pintando, imaginando, escribiendo proyectos, participando en cursos virtuales. Esta pandemia nos dio también esa oportunidad: leer y escribir.

Somos testigos de algo histórico. Y es positivo que algunos artistas de la plástica plasmen sus ideas en el lienzo en razón a lo que viven y sienten, expresando desde su interior ese aislamiento social.

Nos alejamos de los prejuicios, porque es la propia realidad quien nos abona un poco de libertad, a pesar del encierro.

Los escritores prefieren eso, soledad, silencio, no salir de una habitación, todo con el fin de avanzar con su obra.

Y sí, la lectura en pantalla creció en comparación con la industria editorial. Los dispositivos móviles sirvieron de gran ayuda.

La pandemia vino a modificar conciencias. Y con respecto a lo cultural despertó en algunos la creatividad para darse a conocer.

Del otro lado, este virus golpeó a la industria a gran escala de los artistas. Las ferias de libros, por ejemplo, fueron canceladas. Los museos cerraron sus puertas. Vino una debacle económica donde se tuvo que revalorar entre el dinero y la vida.

Falta entonces delinear una reconstrucción que marque el regreso a las bibliotecas, teatros, salas de arte, cinetecas, entre otros.

Es necesario recuperarnos. Entender igual que a casi un año de haber aparecido este virus, la cultura necesita reinventarse.

Saber que no habrá una normalidad, más bien se cambiarán reglas y estructuras. Lo principal es no dejar de crear, aún en estos tiempos difíciles para la humanidad. Una de las salidas que servirán como soporte de reencuentro es precisamente todo lo que tenga que ver con la cultura.

Es preciso que se entienda. Darle ese valor que en cierta medida se ha perdido. Seamos consumidores en este confinamiento. No dejemos que las letras, la pintura, la voz, las tradiciones y creencias se esfumen de un momento a otro.

Porque vendrán otros virus, otros encierros, pero desde ahora tenemos que aprender a salir y vencer el reto mundial en el que estamos inmersos.

La ventaja de la tecnología nos ayuda. En este momento se abren y cierran infinidades de página en la red con expresiones artísticas. Lo más importante es el aprendizaje que todo esto nos deja.

La principal conclusión ha sido tener una conexión directa con el arte y la cultura brindando un beneficio adicional de mejorar la salud física y mental.