Contra el robo de gasolina y contra el debilitamiento del Estado Mexicano

Contra el robo de gasolina y contra el debilitamiento del Estado Mexicano

*La cruzada frente a una compleja red de intereses en la ilegalidad

*“Están jugando a las vencidas”, advierte AMLO; Deschamps al acecho

*Paralizar al país y generar descontento, una respuesta en la sombra

A VECES resulta polémico el estilo, pero lo que no debemos perder de vista es el fondo: la decisión de Andrés Manuel López Obrador de recuperar las riendas del Estado Mexicano para un proyecto nacional. Su propuesta fue sometida a las urnas. Ahora lo que cuentan son las acciones. El historiador Lorenzo Meyer considera que lo que está en juego es precisamente la recuperación de la autoridad. Decía Enrique González Pedrero que el gobierno “porque puede es poder y porque debe es Derecho”.

Siendo presidente electo López Obrador, y cuando enfrentó un bloque opositor a la cancelación del faraónico proyecto del nuevo aeropuerto internacional (NAICM), expresó: “Hay que notificarles a algunos (…), que ya es otro México y que yo no voy a ser florero, no estoy de adorno, yo traigo un mandato de los mexicanos. Quieren, los mexicanos, que se acabe, que se destierre la corrupción y la impunidad”.

“No estoy de adorno”, una expresión que en otras ocasiones explicó como la necesidad de que el gobierno federal asuma las funciones establecidas en la Constitución; un modelo distinto del neoliberal que puso todos los instrumentos del Estado al servicio de una minoría.

PODER CONTRA PODER

EN MEDIO de la cruzada contra el robo de combustibles, López Obrador advirtió el 6 de enero: “no quieran jugar a las vencidas, porque va a triunfar la ley y va a triunfar la justicia”.

El sábado reciente, en un mensaje difundido por las redes de internet, nuevamente el presidente volvió al tema: “¿Quieren jugar a las vencidas? No van a poder con la voluntad del pueblo de que se acabe ya, de una vez para siempre la corrupción y la impunidad; ya basta de robos y saqueos. Vamos a poner orden”.

¿Quiénes quieren jugar a las vencidas con el nuevo gobierno?, ¿quiénes buscan debilitarlo?

Como en toda democracia hay intereses legítimos diversos, con propuestas políticas opuestas al grupo gobernante, pero se supone buscan el bien de la sociedad y participan en la competencia respetando las reglas básicas de civilidad, y las leyes (que pueden buscar cambiarlas si son mayoría). Pero también existe lo que los estudiosos denominan  “poderes fácticos” (poderes de hecho, no de derecho, amparados en el dinero y lo que compra) que buscan un beneficio propio. Junto a estos han crecido en México otros “poderes fácticos”, algunas abiertamente delincuenciales, otros incluso criminales. Dejemos para otra ocasión revisar cómo un modelo de capitalismo salvaje se cobija en la ley para aplastar a la colectividad; cómo transita en el filo de la ilegalidad.

Lo que está sucediendo ahora en México –más allá de la discusión sobre los métodos del gobierno federal- es un abierto desafío de una mezcla de “poderes fácticos” para tratar de derrotar a un Estado que decidió poner fin a una de tantas formas de saqueo. Apenas una de tantas, aunque quizá la más compleja porque está enraizada en el aparato gubernamental y en las élites. Puede ser que la acción decidida por AMLO esté dirigida a sólo uno de los actores o factores del debilitamiento de Pemex, pero ya se sabe que los intereses delincuenciales tienden a formar bloques contra un “enemigo común”, que para estos sería el gobierno federal. En contraparte, el objetivo del gobierno sería que la población identifique como “enemigo común” a quienes actúan contra la sociedad. Ese es su desafío.

DESABASTO COMO RESPUESTA

ME PARECE que los grupos afectados por el combate al robo de combustibles y al saqueo a Pemex encontraron un mecanismo para tratar de bloquear las acciones gubernamentales: fomentar la inconformidad mediante la agudización  del desabasto de combustible y buscando también paralizar al país (ya hablan de aumento de precios y escasez de alimentos). Me referí en otra colaboración al carácter estratégico de los combustibles; de cómo ciertos recursos fundamentales en manos de particulares someten a la Nación. En su desesperación esas mafias pueden pasar a acciones más riesgosas.

El historiador Lorenzo Meyer dijo en un foro televisado que el desabasto de la gasolina es un equivalente a inmovilizar la economía. Algo parecido ocurrió al inicio del gobierno de Miguel Alemán, sólo que en ese entonces quienes abiertamente buscaron paralizar al país fueron los dirigentes del sindicato petrolero. La respuesta del gobierno fue contundente: la ocupación militar de las instalaciones petroleras y la rescisión de los contratos de trabajo de los principales dirigentes del sindicato.

Aunque hasta ayer el combate al robo y tráfico de combustible no involucraba oficialmente a los líderes del sindicato petrolero, investigadores como la periodista Ana Lilia Pérez, especializada en el tema, sostiene que esto es cuestión de tiempo. El presidente López Obrador necesitará de apoyo mayoritario.

De acuerdo al diario Reforma (11/01/2019), un 73% de sus encuestados “avala el cierre de ductos como medida para combatir el robo de combustible aunque eso implique desabasto de gasolina por un tiempo”. Un 31% estimó que el problema del desabasto de la gasolina en México se debe a los “huachicoleros” y sólo el 13% culpa a AMLO. Un 79% está de acuerdo que el gobierno federal persiga a los responsables del robo de combustible.

Mitofsky registró que un 56.7% considera que las medidas tomadas por el gobierno de AMLO son correctas y el 70.4% se dijo satisfecho de las explicaciones gubernamentales. Los contrarios buscan ganar tiempo para generar inconformidad; la cuestión está planteada como un desafío al Estado. (vmsamano@hotmail.com)