Convenio con CFE: No dejemos pasar otra oportunidad

Todo era mentira y estaba repleto de engañosos acuerdos que al final no solo no arreglaban nada sino que lo complicaban mucho más

Creo pensar como muchos miles de tabasqueños, que estamos hartos de oportunidades perdidas, y estoy seguro de que no resolver el conflicto con la CFE, en esta ocasión, es una de esas ocasiones que no podemos dejar pasar. He visto como durante casi 20 años muchos políticos, y políticas, tabasqueños/as, en el poder en turno, han hecho circo, maroma y teatro con las diferentes administraciones federales para hacernos creer que habían encontrado la “piedra filosofal” del problema y si aceptábamos lo que nos decían que hiciéramos, todo se iba a resolver por arte de magia en apenas unas semanas. Todo era mentira y estaba repleto de engañosos acuerdos que al final no solo no arreglaban nada sino que lo complicaban mucho más. Para que dar nombres que todos tenemos en la cabeza, porque además alguna de las protagonistas ya no se encuentra entre nosotros. Lo que nos ha puesto sobre la mesa el gobierno de Adán Augusto López tiene muchas ventajas, -con sus grises y blancos, con sus defectos y virtudes-, es transparente y lo podemos consultar por internet, y nos permite de una vez por todas enterrar ese fantasma perverso que nos impide mirar hacia adelante, sin lastres que nos complican seguir caminando hacia adelante. Los errores en el convenio firmado con CFE ya han sido detectados en la aplicación de los convenios y existe buena voluntad por las partes para corregirlos, caso a caso, lo que nos sitúa en la puerta de salida claramente. Lo que ahora están haciendo los perredistas y priistas irresponsables solo nos puede llevar a un nuevo enquistamiento, que a nadie beneficia, porque lo que es un hecho es que los que quieran hacer uso del servicio de energía tendrán que pagar. Para emprender una acción tan radical como la de la Resistencia Civil debe de lucharse contra leyes que violen los derechos humanos o que dañen gravemente a los ciudadanos y no parece que este sea el caso porque se trata únicamente de dinero. Es cierto que el precio que se nos traslada por el uso de la energía es abusivo en muchos de los casos, pero nada que no pueda resolverse en una mesa de negociación política y en algunos casos en las oficinas de la PROFECO y por tanto no aplica la lucha a la violación de derechos fundamentales, ni a un estado de necesidad ni a nada que se le pueda parecer. Lo que si  puede ocurrir, otra vez, es que el ejercicio del supuesto derecho a la Resistencia Civil perjudique a los que si pagamos nuestros recibos de la luz en el que se nos ha incluido de forma sibilina el coste de los que no lo pagan y así estamos con las tarifas que estamos. Es decir que el ejercicio del derecho de protesta de unos ha perjudicado gravemente al derecho a unas tarifas justas de los otros. Al final la CFE no ha sido la más perjudicada porque además, durante décadas, ha dejado de invertir en infraestructura en nuestro estado precisamente por la hostilidad con la que se ha tratado a esa compañía del gobierno federal. Tampoco podemos olvidar que en muchos casos esa desobediencia civil ha sido practicada con violencia hacia los trabajadores de la CFE, aunque eso entre en el capítulo de las tradiciones y costumbres locales.