Nuestra Crisis: Cuatro Noticias

Entre las muchas malas noticias que nos han abrumado esta semana destaco cuatro

Entre las muchas malas noticias que nos han abrumado esta semana destaco cuatro.  Cada una de ellas, en sí misma, es preocupante; reunidas y vistas en perspectiva dan cuenta de un país en crisis ascendente.

Primera.- El desprecio explícito del presidente López Obrador a la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte y a Santiago Creel y Alejandro Armenta, líderes de las cámaras del poder legislativo.  Por primera vez en una ceremonia de conmemoración de la promulgación de la Constitución, los representantes de los poderes judicial y legislativo no fueron ubicados en el estrado al lado del presidente; por si fuera poco, los secretarios de la Defensa y la Marina ocuparon posiciones más cercanas a él.  El presidente hizo evidente que  la separación de poderes le irrita.  Manifestó, además, el malestar que le causó la llegada de la ministra Piña a la presidencia de la Corte, especialmente en la coyuntura en la que la oposición alegará en esa instancia la inconstitucionalidad de la reforma electoral.  Si la descortesía es grave, lo es más el reproche que en sus mañaneras ha expresado por el hecho de que la ministra Piña permaneció sentada durante su ingreso ignorando la grosería que significó la alteración del protocolo.  Su desplante no sólo es agresivo, sino sobre todo, antidemocrático: él importa más que nadie.  

Segunda.- Durante el juicio que se le sigue a Genaro García Luna en Nueva York, la fiscalía llamó como testigo a Edgar Veytia, fiscal de Nayarit durante buena parte de los años del período en que Roberto Sandoval gobernó la entidad y que, además, se encuentra preso en el país del norte por conspiración y distribución de drogas.  Al igual que los narcotraficantes que antes convocó la fiscalía, Veytia señaló sin pruebas a García Luna e involucró al ex presidente Calderón.  Sin embargo, la defensa lo obligó a reconocer que recibió dinero de los Beltrán Leyva, que mató a por lo menos diez personas, que se confabuló con los Beltrán para liquidar a un rival en un hospital y que torturó por lo menos a cuarenta individuos. Si el simple hecho de que un ex secretario de seguridad sea sometido a juicio exhibe a México, por débil que parezca el caso, las declaraciones de Veytia resultan alarmantes.  Esa actividad criminal la llevó a cabo como funcionario encargado de la seguridad de su entidad.  No es difícil suponer que Veytia no ha sido el único fiscal que ha sostenido acuerdos con el crimen organizado.  Imposible, entonces, no preocuparse por la evolución que ha alcanzado la relación entre el narcotráfico y las fuerzas estatales desde que Caro Quintero y don Neto irrumpieron en la escena nacional. Imposible no preguntarse qué tan cerca está México de ser un narco-estado, si no es que ya lo es.  Imposible, también, no preguntarse qué tan útil es continuar sosteniendo una política de abrazos.   

Tercera.  A pesar de que el presidente repite que la corrupción es cosa del pasado, tres funcionarios del gobierno de Campeche fueron exhibidos en videos recibiendo dinero en apoyo a la candidatura de Layda Sansores.  Raúl Pozos y Rocío Abreu, al ser inquiridos acerca del destino de esos recursos, se mostraron titubeantes. Armando Toledo no respondió las llamadas que se le hicieron para escuchar su versión.  El miércoles, Layda dijo que ese dinero tenía el propósito de “ayudar a la gente”.  No deja de sorprender la desfachatez y la soberbia con la que se desempeña la gobernadora campechana.  Por supuesto, repite el discurso oficial que el presidente ha puesto de moda sobre la evidente corrupción que persiste por todas las instancias.  Pero Layda ha alcanzado niveles que le envidiarían los representantes más conspicuos de la inmoralidad priísta.  

Cuarta.  El movimiento Educación con Rumbo, organización civil promotora de la educación de excelencia, dio a conocer esta semana que fueron detectados errores de ortografía, falta de atención al método de enseñanza en la lectura y escritura, redacción defectuosa y otras fallas graves en los libros de texto gratuito del primer año de primaria, que se encuentran en proceso de impresión.  Si bien este tipo de errores han sido detectados también en gestiones anteriores, lo cierto es que el nuevo proyecto de textos ha sido cuestionado más allá de fallas básicas y fácilmente corregibles.  La concepción misma del proyecto ha recibido no pocas críticas por parte de expertos en educación.  ¿De verdad es más importante contar con funcionarios leales y “honestos” que con experiencia?

Urge corregir el rumbo del país.