Comalcalco, inspiración y casa: May

May levanta la mano derecha para saludar a los asistentes

Con breves paradas, despacio y pausado, Javier May camina bajo la carpa. 

Avanza entre vallas metálicas y un grupo de mujeres que le piden fotografías antes de subir al entarimado. Les cumple. 

Por este mismo camino, el césped y tierra del parque de pelota "Antonio Valenzuela Alamilla" en Comalcalco, ya ha pasado una Claudia SheinbaumPardo aclamada con un eco que prolonga la palabra: ¡presidenta!, ¡presidenta!   

May, el último en recorrer la vía que conduce al templete, baja la cabeza como cuando el lanzador se desplaza de la caseta al montículo en un relevo grandioso de Grandes Ligas, así sin querer ver al público para no intimidarse. Pero la levanta cuando está con el grupo de mujeres, y les sonríe porque ya le llaman ¡gobernador!, y eso que la elección aún está iniciando. 

Además de las señoras que gritan en voz alta "May, gobernador", también lo hacen miles de militantes y simpatizantes reunidos en este inmueble beisbolero, que ocupan butacas y cualquier rincón de la unidad deportiva. 

Allá, en jardín de la derecha, Ovidio Peralta también recibe una cascada de elogios, un híbrido entre aplausos y un coro en escala maremoto: ¡presidente!, ¡presidente!, ¡presidente! El ex senador está seguro de lograr la alcaldía de Comalcalco y de esto habla con la reportera Karla Berenice Hernández Martín, joven talentosa que estudia Comunicación en la UJAT. 

Al subir las escalaras, el ex alcalde y ex legislador por Comalcalco mira a Sheinbaum a doble escala: a la que está a ras de tarima y a la gigante que está estampada en la lona plastificada fijada en la mampara. Sin embargo, abraza a la que está cerca del micrófono y de Mario Delgado, presidente nacional de Morena. Y justo aquí, desde la altura del montículo-templete, el candidato a gobernador por la coalición Sigamos Haciendo Historia en Tabasco, pudo ver la magnitud de los ciudadanos que abarrotan el estadio y constatar lo que dicen los cronistas deportivos: "no cabe nadie, ni un alfiler".

El nombre bordado de "Javier May" se lee en su camisa blanca a la altura del corazón, y en la misma prenda, el "Javier May" se resalta en la zona de la espalda. Es lo que leímos a su paso por las vallas y es lo que vemos ahora en las pantallas puestas en las laterales.   

Arremangado, May levanta la mano derecha para saludar a los asistentes y después busca retirarse el sudor de la frente morena. Estira lo más que puede esa misma mano para que puedan verlo, incluso, los que están sombreando pegados a la barda del parque de pelota. 

Si bien Claudia Sheinbaum —posteriormente—habrá de destacar la importancia de Andrés Manuel López Obrador como tabasqueño, tanto en la política como en la historia nacional, May —voz clara y contundente— es quien no pierde la oportunidad de lanzar sliders y sinkers ante el público comalcalquense y de otros municipios. 

Si Sheinbaum dijo que "no crean que porque no nací en Tabasco no van a tener una presidenta tabasqueña", May se puso más nostálgico al estar en Comalcalco, al evocarla como su tierra de origen y con estas palabras: "mi inspiración, mi casa y mi fuerza". Y cosechó aplausos, como también pasó con la frase dicha por Sheinbaum.

Arrecia el calor y sí se percibe una sensación térmica de 36 grados, lo que importa poco a los convocados en Comalcalco, Casa de los Comales o llamada La Perla de la Chontalpa. La última entrada concluye con victoria local, con salvamento para el pitcher comalero, y con un grito del público que poco a poco abandona el campo, con vasos de agua y pozol frío, en este sábado caluroso del 16 de marzo de 2024.

@Librodemar