Cruce de Líneas

Es transformación o reorganización del Estado

Roselbel Domínguez Jiménez

En los límites de lo que momentos antes pretendieron llamarlo a propósito “Estado Fallido”, la coyuntura democrática creada por los mexicanos a partir de las elecciones del primero de julio, se planteó como la estrofa de una poesía revolucionaria o como un rebuscado párrafo publicado de  teoría del desarrollo social desde un punto de vista revisionista. Sin embargo, prevalecen posiciones encontradas que con el paso del tiempo se verán en la necesidad de reeditarse.  

Quien ha leído la poesía “Silencio” de Octavio Paz que a la letra dice: “Así como del fondo de la música brota una nota, que mientras vibra crece y se adelgaza, hasta que otra música enmudece, brota del fondo del silencio otro silencio, aguda torre, espada. Y sube y crece y nos suspende, y mientras sube caen recuerdos, esperanzas. Las pequeñas mentiras y las grandes. Y queremos gritar y en la garganta se desvanece el grito: desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen”. Frases sobre lienzo en tiempos de la coyuntura. Una coyuntura que se promueve como el tránsito hacia el progreso.

En cambio la teoría social y política se fue desdibujando; e incluso, perdieron fuerza, rigor y autoridad los teóricos mexicanos del desarrollo egresados de la Universidad Autónoma de México (UNAM), sobre todo, de la escuela francesa (Sorbona de París) donde los alumnos más destacados asistían a realizar estudios superiores de posgrado. Su lugar fue ocupado por egresados de licenciaturas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y con estudios de posgrados en las universidades estadounidenses de Harvard, Yale y Columbia.

Escuelas norteamericanas que a través del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, introduce la visión de lo que en un primer momento denominó liberalismo social, pero que en realidad abrió las fronteras a los mercados como el mecanismo que creyó idóneo para crecer internamente mediante la participación en un proceso de industrialización donde México pondría la mano de obra y las facilidades para empresas maquiladoras en los estados del norte del país.

Al mismo tiempo buscó emular las políticas liberales que aplicaba el gobierno estadounidense como “regulador el capital privado”; aunque posiblemente CSG no quiso ver que la función del Estado norteamericano en su economía no solo como proteccionista, sino como garantista y táctico.      

Aunque no se ha manejado de esta forma, la industrialización del país, sigue el modelo maquilador de auto partes, aparatos eléctricos, equipo para instalaciones eléctricas, aeronáutica  al grado que el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Jorge Carrillo, afirma que el peso de las maquiladoras es de un total de 3 mil 500 plantas y 1.4 millones de empleos.

Modelo económico mexicano que en esa lógica de explicar un desarrollo un tanto artificial a partir de la maquila, no sólo abandonó la función de limitar la participación del Estado en la economía, sino que paralelamente aplicó cambios Constitucionales enfocados a privilegiar una mayor participación del capital privado no solo de la empresa privada mexicana, sino del capital trasnacional.

Tal vez el máximo error de los gobiernos a partir de Carlos Salinas, fue la de permitir en la medida que se ha hecho, las inversiones masivas y cuantiosas de capital extranjero en negocios relacionados con la minería. Con el particular detalle de comprometer los recursos energéticos y del subsuelo propiedad de la Nación. Ahí nos detenemos.

Para meternos en los aspectos legales y normativos que los gobiernos fueron flexibilizando en ese proceso de maquila y globalización en el que está metido todo México. Y que en la etapa de transformar al país, es necesario retomar el proceso de desarrollo, recuperar la teoría social, así como el marco legal y constitucional que sustenta a la Nación.