Cuando el coronavirus nos alcance; una enfermedad total y control total

*Cartillas de vacunación y pruebas PCR como visas de identidad *La tecnología digital para seguimiento sanitario y de personas

LA NUEVA “normalidad” irá acompañada de restricciones que llegaron para quedarse. Algunas son absurdas, como la aplicada en sitios donde no permiten el ingreso a personas mayores de 60 años aunque porten cubrebocas, en un acto claramente discriminatorio; lo paradójico es que esos locales no cuentan con las medidas de sanidad obligadas. Pero lo que viene en un futuro inmediato es la generalización de una especie de pasaporte sanitario, un permiso para circular.

Le comentaba recientemente que la aplicación de la vacuna anti COVID-19 ha provocado una serie de resistencias culturales, como sucedió con otros antígenos que se remontan a 1796, cuando Edward Jenner descubrió la vacuna contra la viruela para aplicarse en los humanos. Recuerdo que en México campañas organizadas antivacuna fueron a la par de la inoculación masiva en niños, allá por los años 60 y 70 del siglo pasado.

Le comento esto porque ahora que en Tabasco se comenzó a aplicar la inmunización  al personal médico y sanitario que está en la atención a los pacientes contagiados, la secretaria de Salud, Silvia Roldán, afirmó que no es obligatorio que se inoculen.

Sin embargo, tarde o temprano las circunstancias terminarán obligando a contar no sólo con la vacuna, sino hasta con un salvoconducto sanitario de haber dado negativo en la prueba PCR de COVID; como puede ser de otros virus o patógenos que se presenten en el futuro.

 

NADA ESTÁ LEJOS

 

LA GLOBALIDAD nos ha mostrado que ya no existe ningún lugar lejano. Hoy padecemos una infección surgida en la remota ciudad de Wuhan, de la que no teníamos ni idea de su ubicación.

Entre los países que ya establecieron el requisito de una “visa sanitaria” de prueba de COVID-19 –aparte de unos 50 que están completamente cerrados temporalmente al ingreso de viajeros- se cuentan Estados Unidos, Canadá, Japón, España, Noruega, Cuba, así como varias naciones latinoamericanas; la lista va en aumento. Mientras que otras establecieron cuarentenas de ingreso. Hay sitios de origen que están calificados de alto riesgo.

Desde mediados de noviembre pasado, el servicio de noticias CNN-Español advirtió: “La próxima adición a tu kit de viaje podría ser un certificado internacional de vacunación o profilaxis (ICVP, por sus siglas en inglés). Los viajeros ya lo deben llevar para ingresar a ciertos países que exigen la vacuna contra la fiebre amarilla, o para salir de aquellos con riesgo alto de polio”.

Usted podría pensar que esto sólo debe ser preocupación de quienes viajen por el extranjero, pero este tipo de controles se usan desde febrero del año pasado en China para controlar la movilidad de los infectados y de los potenciales portadores del virus en el país. Esto es, de toda la población. Su primera aplicación fue el uso de códigos QR  (Quick Response, código de respuesta), en el mecanismo de barras que leen con teléfonos móviles.

Ya tiene casi un año que en China los usuarios reciben un código, como el semáforo de la epidemia: con verde, se le permite viajar libremente; con naranja o rojo, debe estar en cuarentena por hasta dos semanas. Poco a poco se ha ido extendiendo al uso de servicios (restaurantes, transporte).

 

LAS BATALLAS DE SIEMPRE

 

EL PRESIDENTE de China, Xi Jinping, propuso aplicar este sistema de monitoreo a nivel mundial. Diversas organizaciones y personalidades, como el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, reaccionó con esta advertencia: “Un enfoque inicial en la salud podría convertirse fácilmente en un caballo de Troya para un seguimiento político más amplio y la exclusión”. No se puede confiar sólo en la palabra y buena voluntad de los gobernantes o quienes tienen el control. La tentación del absolutismo es mucha.

Todavía tenemos presente cómo, en las décadas de los 60, 70 y 80 la lucha de las organizaciones y ciudadanos en México fue contra los mecanismos de control de un sistema de partido único. No existían los avances tecnológicos de ahora, pero sólo con una credencial en poder de la omnipresente Secretaría de Gobernación podía ejercerse la persecución política. Son batallas recurrentes.

Con el nuevo coronavirus inclusive un sistema parecido al QR chino se aplica desde mediados de noviembre pasado en la Ciudad de México, donde el ingreso a los locales comerciales y algunas oficinas públicas es mediante un código de barras instalado en las afueras de las instalaciones: al entrar a un establecimiento cerrado los usuarios deben pasar la cámara de su teléfono frente al código, o enviar los siete dígitos del folio de registro por medio de un mensaje de texto al número 51515. La información es centralizada y se da seguimiento a los posibles casos de contagio o confirmados. Se sabrá qué personas estuvieron en el lugar y hora cuando alguien con síntomas salga con resultado positivo. Establecer la red de contactos.

Se afirma que tal sistema no vulnera los de datos personales, porque sólo recaban el número telefónico del usuario. Parece ciencia ficción, es la nueva realidad post COVID.

AL MARGEN

INICIÓ ayer el Programa Nacional Simultáneo de Vacunación contra el COVID-19. El gobernador Adán Augusto López informó que en Tabasco se aplica en once centros hospitalarios para los trabajadores de la salud en combate contra la epidemia. En la entidad sigue el incremento de casos en la población abierta: ayer 285 nuevos y 12 defunciones; hay 296 hospitalizados. En la Ciudad de México la ocupación hospitalaria es ya del 89 por ciento; en el Estado de México el 80 por ciento. Hay que reforzar los cuidados. (vmsamano@hotmail.com)