CUENTAS Y CUENTOS

Un sexenio, insuficiente para detener la crisis

El domingo pasado el gobernador Arturo Núñez Jiménez presentó su sexto y último informe de gobierno. Ante un público diverso dio a conocer las acciones emprendidas durante su responsabilidad al frente del Poder Ejecutivo del estado.

Unas horas antes, Rosendo Gómez Piedra, secretario de Gobierno, hizo lo propio ante el Poder Legislativo de la entidad. Entregó el Informe por escrito en cumplimiento de lo mandatado por la constitución local.

En su informe, Núñez Jiménez mencionó que durante casi cinco décadas se estuvo preparando para gobernar Tabasco, lo que logró al frente de una coalición de partidos de izquierda que arrasó en las urnas durante el año 2012.

Más del 70 por ciento del electorado tabasqueño participó en esa jornada histórica, donde por primera vez en Tabasco el PRI perdía la gubernatura. Fue el primer triunfo de esa posición por la izquierda tabasqueña.

Los problemas en Salud, una deuda incuantificable y el arranque de las acciones de gobierno mantuvieron ocupado al equipo de Núñez durante los primeros meses de su administración.

Sin lograr despegar en su totalidad al mandatario estatal le tocó cargar con la crisis petrolera en la que entró el país desde mediado del año 2014, lo que trastocó todos los programas de trabajo y llevó al estado a ocupar los primeros lugares de desempleo a nivel nacional.

Esta crisis petrolera golpeó severamente las economías de Tabasco y Campeche. Lo más evidente fue el despido de decenas de miles de trabajadores de empresas petroleras. Con ello las repercusiones se dieron en cascada.

La demanda de servicios públicos se incrementó por quienes antes hacían uso de los servicios privados llevando al colapso a algunas de ellas, el caso por todos  conocido es el del sector Salud.

A pesar de los apoyos específicos y los compromisos de la federación para reactivar la economía de estas dos entidades, fueron insuficientes y no se concretaron todas. Un ejemplo es la apertura de la pesca en el Golfo de México que sigue en espera.

Estas condiciones adversas no inmovilizaron al gobierno del estado. Las acciones se han mantenido durante los casi seis años según dio cuenta el gobernador.  Obviamente hay insatisfacciones.

Años de trabajo en la que se coordinaron acciones con la federación, los 17 municipios sin distingo de partidos, los poderse Legislativo y Judicial, la academia y organizaciones sociales y civiles.

Destacan las acciones en materia de seguridad pública. Un tema sensible para la sociedad que movió al gobierno del estado a dirigir acciones sin escatimar recursos.

Sin olvidar el impulso del campo, la educación, las acciones en salud, así como en transparencia y rendición de cuentas.

Algunos programas sociales fueron llevados a la constitución local para hacerlas obligatorias. El compromiso fue grande, los retos mucho mayores.

En su último informe  aprovechó para despedirse de todos sus gobernantes y desear lo mejor para quien lo relevara en el estado y al paisano que llega a la silla presidencial.

Consciente de los problemas que hoy se tiene en la entidad, también ha señalado que nadie dude de que cumplirá con sus compromisos de cierre de sexenio con el apoyo de la federación.

Núñez Jiménez cerró mencionando que servir a Tabasco ha sido el honor más grande que ha tenido en su vida pública, y a donde quiera que lo lleve el destino no se desentenderá de esta tierra y suelo.

Para muchos los avances no han sido suficientes, sin embargo, ese no era el objetivo, seis años no podrá revertir el atraso provocado por décadas. Pero se sentaron las bases que serán valoradas y calificadas con el tiempo.