Datos económicos dan esperanza contra crisis encubierta que viene: Es hora de pensar en “bienestar”

Con mayor o menor fortuna pero la superación de la Pandemia ya está en marcha

Con mayor o menor fortuna pero la superación de la Pandemia ya está en marcha. Tenemos la certeza de que, en el momento en que se apliquen las vacunas a más del 70 por ciento de la población, la “Inmunidad de Rebaño” nos permitirá regresar a algo parecido a lo que fue nuestra vida cotidiana. El asunto es ver en qué condiciones económicas regresamos. Y hay indicadores que nos auguran que la situación no es tan grave como era de esperar. En esta semana conocimos que el crecimiento de México se encuentra en un envidiable 6 por ciento, camino a 7 en las próximas semanas. Sin embargo la inflación nos dio ayer un dolor de cabeza ya que se fue hasta el poco razonable más del 5 por ciento anual. Hay quienes, a la vista del anuncio del recorte del gasto público federal, aseguran que este tipo de medidas solo son prácticas cuando existe una crisis en la economía de un país y que este no es el caso de México. Dicen estos economistas en clave política, que en nuestro país no hay ni recesión ni problemas graves en las finanzas, especialmente en la macroeconomía, pero la realidad nos demuestra, y nos va a demostrar en el año 2022, que eso no es así. Los problemas asociados a la paralización de la economía por la pandemia del COVID 19, junto con la bajada de los precios del petróleo nos han abocado a la siempre indeseada contratación de préstamos que, aunque no son ni tan elevados ni tan onerosos, si implican un lastre de nuestra economía. No hay que olvidar que desde que Andrés Manuel López Obrador tomó posesión como Presidente de México fue cuando conocimos las cifras reales del endeudamiento y lo que nos va a costar salir del problema. Junto con la mayoría de los países del mundo civilizado, estamos técnicamente en crisis, en recesión no. Sí se sabe que esta existe como posibilidad en estado larvado, y que puede salir a la luz y hacerse latente, y a posicionarse como el principal problema de México después de la violencia, en los próximos años. Sin embargo la mayoría de los indicadores como el del crecimiento de más del 6 por ciento anual, nos dan muchas esperanzas de que se pueda controlar la economía a medio plazo. Por eso las medidas de recorte del gasto anunciadas por AMLO no son gratuitas. Necesitamos comprender, en su total dimensión, la necesidad de ajustar el presupuesto al margen de romper con corruptelas e injusticias evidentes en las percepciones económicas de algunos funcionarios que sin duda son un insulto para las clases más desfavorecidas. Este panorama se traslada a Tabasco y el Gobernador, Adán Augusto López, ha tenido que poner en marcha mecanismos muy similares de contención del gasto y de ahorro. Y las cuentas cuadran. Durante unos cuantos años vamos a pagar los platos rotos por las anteriores administraciones. Si bien es cierto que en México hemos vivido siempre en crisis y estamos acostumbrados a la escasez, ya es hora de que pensemos que nos merecemos un estado de bienestar razonable porque de las riquezas para ello disponemos en abundancia. No se trata de vivir en Suiza, no es eso, se trata de que todos los ciudadanos coman tres veces al día y dispongan de trabajo que les permita pagar sus facturas. De momento con eso nos daríamos por contentos.