Decisión de Lozoya y limpieza en Pemex; desmantelar una enredada madeja de intereses

*El Caso Odebrecht, un remolino que arrastra a la (sin) clase política *COVID-19: ser optimistas sin ser descuidados; fuerte transmisión, Salud

EL ANUNCIO de que Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex, aceptó ser extraditado a México para enfrentar el juicio que se le sigue por los casos de presuntos fraudes en los casos Agronitrogenados y Odebrecht, significa que está dispuesto a cooperar con las autoridades. Recordemos que su ahora abogado defensor, Javier Coello, había dicho que su cliente “no se mandaba solo”, apuntando más arriba en la pirámide del poder.

Luego de que el titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero, dio a conocer la decisión de Lozoya diversos medios reportaron también que el despacho de Coello Trejo (llamado un tiempo “Fiscal de hierro”) se retiró de la defensa “por así convenir” a los intereses de las partes. El término de ese contrato habría sucedido hace un mes.

Conforme lo han indicado las autoridades mexicanas Lozoya Austin logró escapar al extranjero por una filtración de información, lo que indica la existencia de una poderosa red de intereses que necesariamente saldrán a la luz en lo que será el juicio más importante de este gobierno en su anunciado combate a la corrupción. El ex director de Pemex fue buscado con apoyo de la Interpol en Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Italia, Rusia y España; fue la policía de este último país la que los detuvo.

PRESIDENTES Y EX PRESIDENTES

COMO se sabe, el Caso Odebrecht en el que se involucra a Lozoya Austin ha costado la cárcel a poderosos políticos en varios países de América Latina, incluidos ex presidentes y presidentes en funciones. No sólo se trata de contratos ilegales sobre todo en materia de energéticos, sino también de financiamiento ilícito de campañas electorales.

En el caso de Pemex, el presidente López Obrador ha sido insistente en su objetivo de “limpiar” la empresa más importante del país. En febrero pasado afirmó que la firma Odebrecht tuvo “facilidades” en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Con el primero se han encontrado irregularidades en la construcción de una planta de polietileno, y con el segundo en el sobreprecio para la compra de una planta de fertilizantes. Pero sería apenas la punta de la madeja; en otros países se ha descubierto un entramado para el control del poder político.

No resulta casual, han señalado diversos medios, que AMLO haya decidido colocar al personaje de su mayor confianza al frente de Pemex. Octavio Romero Oropeza fue designado en 2006, en el llamado “gabinete legítimo”, titular de la Secretaría para la Honestidad y Austeridad Republicana. Se sabe también que desde entonces le había encargado participar en un equipo que elaboró el plan sobre hidrocarburos.

Uno de los brazos más poderosos de la llamada “mafia” en Pemex ha sido paralizado aunque todavía no desmantelado: el grupo sindical que encabezaba Carlos Romero Deschamps. La petrolera requiere de un trabajo fino de cirugía para ir neutralizando los viejos intereses enquistados tanto en lo político como en lo económico.

LA CONFIANZA SIRVE AL VIRUS

EL DIFÍCIL equilibrio entre cuidar la salud y cuidar la economía también se refleja en la compleja necesidad de combinar el optimismo con la realidad. Así lo hemos visto en los mensajes las autoridades sanitarias y de los titulares del poder político. Ayer mismo en Tabasco, mientras el gobernador Adán Augusto López Hernández destacaba la respuesta que ha dado su administración a la epidemia del COVID-19, la Secretaría de Salud insistía en su llamado a mantener las medidas sanitarias para frenar los contagios.

Rebasados mil 100 mil casos detectados de pacientes positivos de coronavirus y con un mil 53 defunciones, el gobierno estatal se vio en la necesidad de posponer algunas medidas de reanudación de las actividades comerciales, como es el caso de la reapertura de los centros comerciales y tiendas departamentales que se tenía previsto para hoy.

La Secretaría de Salud en la entidad reportó que hay en el estado mil 112 pacientes activos que presentan síntomas “y son fuertes trasmisores de la enfermedad”, por lo que recomendó la colaboración de la población –no sólo de los ciudadanos- para reducir la escala de contagios. Hay datos positivos, como la recuperación de ocho mil 368 tabasqueños, pero aún no se llega al punto iniciar el descenso de los casos diarios. No hay que olvidar también a los asintomáticos.

De acuerdo al gobernador López Hernández Tabasco es un “referente nacional” en sus acciones contra el COVID-19. Sin embargo seguimos en situación de al riesgo. Recordemos que se reanudaron algunas actividades en medio de la epidemia para evitar un colapso económico, pero también se tiene que evitar una crisis humanitaria.

AL MARGEN

EXISTE una justa indignación por las expresiones groseras para descalificar a una comunidad de Oaxaca por parte del ex canciller de Vicente Fox y ex aspirante a la Presidencia, Jorge Castañeda Gutman, quien no se ha caracterizado precisamente por su tacto político. Recientemente, el profesor Lázaro Oscar Ramírez Aquino, del poblado de Tecocuilco, en la Sierra Norte, solicitó al Congreso del Estado de aquella entidad declarar a este personaje -Castañeda- “persona nunca más grata en el suelo oaxaqueño”. Una petición a la que se han sumado varios líderes y organizaciones.

Como se sabe, Castañeda Gutman no fue nada diplomático y calificó de “pueblo horroroso y arrabalero” a la ciudad de Putla, Oaxaca. Esto nos recuerda cuando Gabriel Quadri –también ex candidato presidencial- sostuvo que “si México no tuviera que cargar con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sería un país de desarrollo medio y potencia emergente”. Estas afirmaciones también provocaron repulsa general. (vmsamano@hotmail.com)