Democracia cibernética

A nadie debe sorprender que, llegada la jornada electoral el seis de junio de 2021

A nadie de los 90 millones 036 mil 367 electores del listado nominal del INE -con corte a este 27 de marzo- debe sorprender que, llegada la jornada electoral el seis de junio de 2021, vayan a votar mediante una urna electrónica en las correspondientes 32 elecciones locales, concurrentes con el federal para renovar diputados al Congreso de la Unión; una modalidad a la que obligaría la era poscovid19, cuando el paso debió darse de manera natural hace mucho.

Una modernidad mexicana, aunque nada nuevo respecto de Estados Unidos y otros tantos países en los que se ejerce la democracia con esta modalidad; incluso no se descartaría el uso del internet y hasta por la aplicación móvil del propio INE a través de la cual podrían sufragarse mediante el código QR incorporado en los nuevos modelos de credenciales.

Sería cuestión de vincular el sistema informático del Registro Federal de Electores con la identidad particular de cada votante, concentrado en la base del Listado Nominal; el código QR incentivaría una mayor participación a través de su teléfono inteligente escaneando la credencial, sin necesidad de ir a la casilla.  

El INE trabaja desde hace mucho en un prototipo de urna electrónica diseñada a la mexicana, de la que los partidos políticos, a través de sus representaciones, han tenido seguimiento al proceso de incorporar los mecanismos de seguridad y blindaje ante una eventual invasión de hackers, en el que los ingenieros en informática del Instituto Politécnico Nacional y la UNAM han tenido participación relevante.      

Una decisión técnica multifactorial, el voto electrónico, en el que se tiene mucho trabajo avanzado y ahora requiere adoptar la pertinencia de transitar en la macro elección más desafiante del sistema electoral mexicano. Dar el pequeño gran paso hacia lo tecnológico tendría ventajas multifactoriales, entre estas  obligaría a organizar elecciones aún más eficientes y económicas, aún más ante la precariedad.

Lorenzo Córdova Vianello, presidente del INE, moderó el lunes anterior un conversatorio virtual al que se le denominó “Organizando elecciones durante la pandemia del Covid-19: el caso de América Latina”, con presidentes de otros organismos latinoamericanos y de la Organización de Estados Americanos así como del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral.

El consenso ante la realidad poscovid19 derivó en la necesidad de incorporar a la democracia de cada país los mecanismos del voto electrónico; preservando el espíritu de la democracia en los proceso de renovación de las autoridades de gobierno.

Habrá que ver por lo pronto la decisión final que tomará el INE a partir del uno de junio respecto de las elecciones de este 2020 en Coahuila e Hidalgo, ambas suspendidas -usando su facultad de atracción- para reprogramarla en fechas posteriores o bien se empatan al proceso de 2021, ante la eventualidad de un marcado abstencionismo indeseable.

En el mundo 50 países pospusieron sus elecciones, en Latinoamérica Colombia, Ecuador y Perú decidieron aplazar hasta el siguiente año; otros 20 mantienen las suyas. Por lo pronto en medio de la pandemia Corea del Sur se llevó a cabo comicios con éxito, no así en Polonia.

En el conversatorio entre presidentes de organismos electorales latinoamericanos se estableció tener claro la incorporación de la tecnología para apoyar y hacer eficaz las elecciones, mediante el voto electrónico y por internet, sin que se restrinjan garantías evitando la improvisación en el  proceso de cambio convencional hacia lo nuevo, y de ello  deben ser corresponsables el sistema político y electoral.  

El INE no tendrá por qué tener dificultades por tanto que con la reforma política del 10 de febrero de 2014 se reestructuró el Sistema Nacional de Elecciones en el cual la autoridad jerárquica se depositó en el propio organismo, de ahí el control reglamentario sobre los entes locales, además de tener el monopolio en el desarrollo de la jornada electoral.   

Hay que tener en cuenta igual que para las elecciones de ayuntamientos en Hidalgo y legisladores en Coahuila que debían tener lugar el siete de junio próximo se consideró la incorporación del voto electrónico en algunas secciones electorales de ambas entidades; el resultado logrado se habría vinculado al cómputo general. Un preámbulo para el venidero 2021.

Más allá de los trabajos de logística e ingeniería informática no deberá representar mayor complejidad, considerando los años de trabajo que se tienen en investigación así como diseño de la urna, con la particularidad esta de emitir el cómputo de resultado final y el acta correspondiente en la propia casilla, en simultáneo con el registro en el sistema central.

Para nada puede perderse de vista que la reforma político electoral de 2014 en lo correspondiente al voto en el extranjero plantea desde entonces tres modalidades para hacer efectivo el sufragio, entre las que sobresale precisamente el voto electrónico mediante los lineamientos que el INE emitió en el 2018, para el caso de las elecciones presidencial y de gubernaturas -en los estados que sus legislaciones ya lo permiten-. El hilo negro ya fue descubierto.     

Bitácora

El 11 de noviembre de 2019 en este espacio se analizó la #LeyBonilla titulado “Baja California… bola cantada”,  (http://online.fliphtml5.com/mzica/klsx/#p=18). El lunes anterior –seis meses después- la Suprema Corte de Justicia de la Nación confirmó la inconstitucionalidad del gobierno de Jaime Bonilla por prolongarse más allá de los dos años para el que fue electo. Se frustró el fraude.

eduhdez@yahoo.com