Democracia y respeto a nuestra Carta Magna
La labor de los periodistas, siempre ha estada acechada por el peligro
En medio de la vorágine de encuentros y desencuentros que por estos días se están dando entre los principales actores de la política nacional y algunos medios de comunicación las palabras del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar pareciera escucharse como un eco en pleno desierto.
Pero no por ello hay que soslayar –ni que pase desapercibido-- el pronunciamiento del destacado Ministro quien después de expresar su solidaridad con el gremio periodístico, con motivo de los homicidios de comunicadores ocurridos en las últimas semanas, hace énfasis al señalar que “en una democracia la labor de los periodistas es esencial” y que “las y los periodistas son parte esencial de la democracia, sin ustedes (le dice a los comunicadores en general) no hay democracia”.
La labor de los periodistas, siempre ha estada acechada por el peligro, situación que en los últimos años ha venido escalando a grado tal, que con regular frecuencia las noticias dan cuenta de hechos en los que desafortunadamente han sido privados de la vida algunos de ellos, en acontecimientos que por lo regular las autoridades dicen que serán investigados y que no habrá impunidad pero al final del día, la mayoría de las veces, queda sólo como buena intención.
Pero esta vez, por tratarse de un alto miembro de la Suprema Corte de la Nación sus palabras sin duda alguna traen un aire fresco en estos momentos, sobre todo cuando remarca el papel esencial que juegan los comunicadores en una democracia como la que hoy está impulsando la 4T en el México moderno que estamos viviendo.
A veces como que se nos olvida que la labor de quienes –aún a sabiendas de los riegos-- ejercen el noble oficio del periodismo; que ante todo, es una actividad que como garantía está contemplada en el artículo 7º de la Constitución General de la República.
Pero en ese sentido, no sólo es necesario tener presente, como lo dice el Ministro, que el trabajo de los periodistas es muy importante, sino más allá de dicho mandato, el Estado debe garantizar la seguridad de éstos, igual que como se debe hacer con todos los miembros de una sociedad.
Por cierto, en el contexto de este tema, hay que observar lo declarado por el consejero electoral del INE Ciro Murayama, en relación con un tuit de la jefa de gobierno de la CdMx, Claudia Sheinbaum, en el que ésta última al referirse a una resolución de la autoridad electoral dice que el Instituto puede ordenar que borre un tuit, pero no que renuncie a sus convicciones, lo que dio paso a una precisión a manera de respuesta por parte del primero: el INE lo que le ordenó fue respetar la Constitución y no renunciar a sus convicciones, enfatizando: “claro, en el entendido de que entre sus convicciones no esté violar la Constitución”.
Como vemos, en uno y otro caso sale a relucir la existencia de la Carta Magna de la Nación.
Por una parte, como se dijo, al destacar la garantía de la libertad de expresión y, por otra, que es posible y se respeta el derecho no solo de los funcionarios sino también de los ciudadanos respecto de sus convicciones y al cual desde luego nadie ha dicho que deban renunciar.
De lo que se trata, realmente es tener presente que con independencia de ese derecho, no se debe soslayar lo que es vital en una nación: el absoluto respeto a nuestra Ley Fundamental, esa que cuando se asume un cargo público se protesta cumplir y hacer cumplir lo mismo que las leyes que de ella emanen.
Respeto y salvaguarda esencial que sin duda, bien practicados hacen posible tanto la buena armonía como el progreso de una nación.
Las expresiones del Ministro Zaldívar vienen a ser como un aire fresco, tan necesario en los momentos actuales, cuando vemos la gran crispación que hay en el ambiente por la lucha de quienes por un lado tratan de posicionar y defender sus proyectos de gobierno y otros que parecieran verse empeñados en poner diques y tabiques al gran proyecto transformador de la 4T. (mail: altar_mayor@yahoo.com.mx)